Los escándalos sexuales salpican la imagen del mundo político canadiense
EFE
El creciente número de escándalos sexuales en Canadá está salpicando la imagen del mundo político en este país, donde el diputado Tony Clement fue expulsado del Partido Conservador por este motivo.
Clement, que fue ministro de Industria y Sanidad entre 2008 y 2015 en el Gobierno conservador de Stephen Harper, es el último caso que ha salido a la palestra.
Este conocido político reveló anoche que durante semanas compartió imágenes y vídeos de naturaleza sexual a través de internet con una persona, que en principio pensó que era una mujer adulta.
«En realidad (la mujer) era un individuo o un grupo que me captó con el propósito de extorsionarme por dinero», reconoció el diputado, que estuvo a punto de convertirse en el líder del Partido Conservador, y que finalmente denunció el chantaje a la Policía Montada canadiense.
Varios medios de comunicación informaron de que Clement estaba siendo chantajeado para no revelar públicamente las imágenes comprometedoras a cambio de 50.000 euros.
El político formaba hasta hoy parte del Comité Parlamentario sobre Seguridad Nacional e Inteligencia, un exclusivo grupo de 11 diputados con acceso a la información más confidencial de Canadá, por lo que muchos se preguntan si el chantaje tenía motivos más nefarios.
Finalmente, Clement, que está casado, ha sido expulsado hoy del grupo parlamentario del Partido Conservador después de que varias mujeres jóvenes denunciasen en las redes sociales que el político las había acosado supuestamente.
El caso de Clement se suma a otro escándalo sexual protagonizado por Jim Wilson, esta vez un ministro del Gobierno conservador de la provincia de Ontario, que tuvo que renunciar a su cargo a finales de la semana pasada.
Aunque en un primer momento se dijo que Wilson fue expulsado del Partido Conservador de Ontario y abandonó el puesto para ser tratado por problemas de abuso de sustancias adictivas, hoy el Gobierno provincial reconoció que la historia fue una pantalla.
El primer ministro de la provincia, Doug Ford, se vio forzado a reconocer este miércoles que el exministro de Desarrollo Económico fue obligado a dimitir tras ser denunciado por acoso sexual.
Ford justificó la mentira para proteger a la mujer que ha presentado la denuncia contra el ministro provincial, pero los partidos de la oposición le han acusado de «mentir al público para proteger a Wilson».
Precisamente Ford se hizo de forma inesperada con el liderazgo del Partido Conservador de Ontario y con el cargo de primer ministro de la provincia, gracias a que el anterior líder conservador, Patrick Brown, tuvo que dimitir en enero pasado tras ser acusado también de abuso sexual por dos mujeres.
A los pocos días de esa dimisión, el presidente del partido, Rick Dykstra, también renunció cuando una antigua empleada de la formación política denunció a una revista que la había asaltado sexualmente en 2014.
Y para rizar todavía más el rizo, Doug Ford es hermano de Rob Ford, el polémico alcalde de Toronto entre 2010 y 2014, cuyo mandato estuvo salpicado de constantes denuncias por consumo de drogas, borracheras y acusaciones de fiestas con prostitutas.
Pero los escándalos sexuales de los políticos canadienses no se limitan a los conservadores.
El liberal Kent Hehr, ministro de Veteranos entre 2015 y 2017, y de Personas con Discapacidades entre 2017 y 2018 en el Gobierno del primer ministro Justin Trudeau tuvo que abandonar su cargo en enero por acusaciones de supuesto acoso sexual a mujeres..
Las alegaciones de carácter sexual incluso han salpicado a Trudeau, quien se califica a sí mismo de «feminista».
En julio de este año reapareció una denuncia realizada en 2000 por una periodista, que aseguró que Trudeau, entonces un profesor hijo del ex primer ministro Pierre Trudeau, la tocó de forma inapropiada.
Trudeau ha reconocido que se disculpó de forma inmediata con la periodista: «Sentí que no estaba totalmente cómoda con la interacción que tuvimos», subrayó, al tiempo que añadió que en ese momento «estaba bastante seguro» de que no actuó de ninguna forma ella «que pudiese sentir que fuese inapropiada».