Los errores que cometes en el desayuno y que impiden que adelgaces
Agencia.- La comida más importante del día, aún más cuando nos ponemos a dieta y nuestro régimen nos obliga a seguir a rajatabla un menú concreto y una suma total de calorías. El desayuno marca el ritmo de trabajo de nuestro metabolismo para el resto del día, y si lo que queremos es perder peso debemos aprender a activarlo correctamente.
‘¡Pero si hago todo lo que recomiendan los expertos!’, alegarás indignado. Puede que no, quizás sin darte cuenta estás cometiendo uno de estos errores fatales que impiden que, por poco que comas y escojas los alimentos adecuados, no pierdas ni un gramo. Ponle solución y coge de una vez por todas el buen camino.
Error 1: desayunas poco (o nada)
Un desayuno ligero –incluso saltárselo– puede parecer la mejor forma de ahorrarte unas cuantas calorías, “pero en realidad puede ser una trampa para acumular grasa”, explica Cynthia Sass en ‘Health’.
Según descubrió una investigación realizada en el Imperial College de Londres, cuando las personas se iban de casa sin haber tomado nada, los centros de recompensa de sus cerebro se activaban cuando observan imágenes de alimentos altos en calorías. Esto se traduce en que les cuesta mucho más evitar picar entre horas y que busquen recompensar esas calorías no ingeridas a lo largo de la tarde, momento a partir del cual son mucho más difíciles de quemar.
Error 2: alimentos altos en carbohidratos
¿Un desayuno mucho más energético? Te equivocas. Aunque los carbohidratos nos ayudan a mantenernos saciados durante más horas, debemos tener cuidado con la opción que escogemos. Del total de las calorías que consumimos a diario, entre un 55% y un 60% derivan de los hidratos de carbono, pero de estos, solo un 10% deben ser azúcares simples. Sin embargo, determinados cereales, panes y bollos contienen altas dosis de azúcares. Peor aún si escogemos la gama ‘light’ cuyos edulcorantes artificiales harán que nuestro cuerpo se pase el resto del día demandando la cantidad necesaria de azúcar (la OMS recomienda una media de 25 gramos diarios para los adultos).
Asegúrate de que el azúcar que consumas a primera hora provenga de alimentos saludables –exacto, las frutas pueden ser la mejor opción– y recuerda que tomarte unas tostadas con un poco de aceite será mucho más productivo para tu dieta que lanzarte a los brazos de un delicioso pero perjudicial bollo industrial.
Error 3: no comes suficiente fruta
Se recomienda un consumo diario de alrededor de cinco piezas de fruta, y lo sabes. Claro que esta norma repetida infinidad de veces por nutricionistas y médicos especializados no la cumple prácticamente nadie. Una pena teniendo en cuenta que, según un estudio realizado en 2014 en la Universidad de Londres, si aumentamos la cantidad a siete podríamos rebajar hasta en un 42% el riesgo de muerte por enfermedad.
El problema es que la escasez de frutas y verduras no se soluciona con tomarnos un sándwich vegetal con huevo a media mañana o escoger una ensalada césar como plato único para comer. Ambas opciones incluyen ingredientes que no encajan con tu meta diaria de calorías perjudicando el proceso de pérdida de peso. Debes tomarte al menos una pieza de fruta en el desayuno y otra como postre en la comida y la cena. Si un día no te cuadra bien incluirlas en tu menú, que no falten las verduras como plato principal o, mínimo, como guarnición.
Error 4: no dedicas tiempo al desayuno
Tenemos una vida tan estresante y llena de quehaceres que apenas podemos guardar unos minutos para comer con tranquilidad. ¡Mucho menos a primera hora! No te engañes: en la mayoría de las ocasiones esta excusa es más un drama vital asumido que una realidad, y saltarnos o reducir comidas, especialmente el desayuno, es bastante más perjudicial para la salud de lo que crees. Es más, puede ser la causa y motivo de que andes estresado, malhumorado, no rindas lo suficiente, trabajes más horas… Y entonces sí, ahí es cuando de verdad no tienes tiempo.