Los doce hábitos que acaban con las relaciones de pareja
Agencia.- Hay ciertas conductas que, al principio de la relación, pueden pasar inadvertidas. Pero con el tiempo y a son de repetirse día a día o de manera constante se van volviendo una pesada carga, a tal punto, que en muchas ocasiones, son motivo del rompimiento de la pareja.
Comportamientos como espiar el celular del cónyuge para saber cuáles son sus contactos, a quién llamó o con quién se comunicó en el whatsapp; escuchar a escondidas sus llamadas telefónicas; criticar con frecuencia a sus familiares, exigirle constantemente que cambie o darle cantaleta hasta más no poder, son malos hábitos que terminan incluso, con la más sólida relación amorosa.
Una consulta sobre cuáles son esos hábitos que arruinan el vínculo de los cónyuges se hizo gracias a la colaboración de la médica sexóloga y terapeuta de pareja Carolina Londoño Gutiérrez; el psicólogo, sexólogo y terapeuta de pareja Laurent Marchal y el consultor matrimonial del grupo Jesús Salva mi Familia, esto fue lo que encontró:
Callar y callar
Con la excusa de evitar pelear, el cónyuge siempre calla ante los problemas o los reproches del otro.
Pero finalmente, lo que logra con esa actitud es generar a futuro una pelea mayor, porque en algún momento ese elemento por el que se quedó callado va a salir mucho más fuerte de lo que pudo haber salido en el momento preciso. ´Comprar la paz´ no es bueno, porque es evitar el diálogo, la confrontación.
Si la relación le interesa tiene que confrontar a su pareja, con respeto. Si está muy alterado cálmese, cuente hasta diez. Pero hable. El silencio es una forma de agresión y no hablar con el otro de lo que siente y piensa puede acabar con el vínculo.
Espiar (el celular, e-mails y llamadas)
Todos tenemos derecho a un espacio de intimidad y este no se pierde por tener pareja.
Además de ser un comportamiento ilegal espiar el celular, apropiarse de las claves del otro para entrar a su Facebook y ver a quien le da me gusta o escuchar sus llamadas a escondidas, este es un comportamiento fatal para la relación porque es una muestra clara de desconfianza y de muy baja autoestima de la persona que lo hace.
Es una falta de amor propio, pues se supone que la relación de pareja debe construirse sobre la confianza. Y tampoco es sano compartir claves en honor al enamoramiento. No puede la persona renunciar a su intimidad.
Comparar e invalidar
«Si fueras tan ordenado como tu papá o tu hermano»… «Eres igual de derrochadora que tu mamá»… Comparar a la pareja con su hermano (a), cuñado (a), padre, suegra o con un ‘ex’ no es sano porque todas las personas son diferentes y aportan cosas distintas a la relación.
Las comparaciones que invalidan a la pareja acaban con la complicidad y el encanto de la relación. Son muy lesionantes porque nos hacen sentir inútiles.
Cuando me comparan están invalidando lo que hago y eliminando mi individualidad frente a los demás y eso es bastante delicado. Se va golpeando a la pareja a nivel emocional y le deja heridas difíciles de sanar