Los dientes de un niño Homo arcaico muestran un patrón de crecimiento moderno
EFE
El análisis de los dientes de un niño de la especie Homo arcaico, que vivió en China hace al menos 104.000 años, revela que su desarrollo dental era similar al nuestro, lo que significaría que características propias de nuestra especie, como el crecimiento lento y prolongado, quizás no son exclusivas del hombre moderno.
El hallazgo se basa en el análisis de los fósiles del joven Xujiayao, los restos de un niño seis años y medio que vivió hace entre 104.000 y 248.000 años en el norte de China, en lo que es hoy el yacimiento de Xujiayao, famoso por sus fósiles del Pleistoceno.
El estudio, liderado por Song Xing, de la Academia China de Ciencias en Pekín, y realizado por científicos de Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Sudáfrica y España, se publica hoy en Science Advances.
Durante el Pleistoceno medio tardío (hace entre 224.000 y 161.000 años) diversos tipos de homínidos, como Homo erectus, Homo arcaico, los denisovanos, los neandertales y humanos anatómicamente modernos recorrieron el este de Asia pero de su crecimiento y desarrollo dental se sabe todavía muy poco.
«El estudio del desarrollo dental es muy útil para investigar el patrón de desarrollo biológico de especies extinguidas», explicó a Efe la directora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) de España y coautora del trabajo, María Martinón Torres.
Y es que el desarrollo dental es un proceso que va ligado a otros aspectos del crecimiento y que está correlacionado con el desarrollo esquelético.
«Así, las especies que tuvieron un patrón de desarrollo dental lento tuvieron, probablemente y en términos generales, un crecimiento también prolongado, algo típico de nuestra especie», detalla la investigadora.
Estudios previos han permitido determinar que los neandertales tenían un crecimiento relativamente lento respecto a otras especies extintas, como las del género Autralopithecus o el Homo erectus, explica Martinón Torres.
Pero sobre el patrón de desarrollo de los denisovanos aún no se sabe casi nada dada la escasez de registro fósil de esta especie, limitada a unos pocos dientes y a la falange de un dedo.
Incluso podría ser que el fósil de Xujiayao pertenezca a este grupo pero la imposibilidad de hallar ADN ha impedido hasta el momento determinar a qué especie pertenece este niño.
«No sabemos exactamente dónde encaja este enigmático homínido de Asia oriental en la evolución humana», señala Song Xing.
«Tiene algunas afinidades con parientes humanos arcaicos como los denisovanos y los neandertales con, como encontramos, algunas características más modernas. Es un mosaico extraño», sostiene Xing.
Para averiguar algo más sobre este fósil arcaico, los científicos utilizaron una técnica denominada microtomografía computarizada (mCT), que permite visualizar la estructura interna de los dientes sin dañarlos y analizar las líneas de crecimiento de las piezas.
Así, estudiaron la morfología y la estructura de siete dientes del maxilar superior de Xujiayao y encontraron que el primer molar superior había salido meses antes de morir y ya había empezado a gastarse un poco, y que la raíz estaba casi tres cuartas partes completa, como la de un humano actual.
Además, determinaron que los tiempos de formación de la corona, el grado de desarrollo dental también estaban dentro del rango de los humanos modernos típicos.
El único aspecto del desarrollo dental en el juvenil de Xujiayao que no era moderno era la tasa de crecimiento en las raíces de los dientes, donde mostró un crecimiento relativamente rápido, comparado con el crecimiento más lento en los humanos modernos.
En conclusión, «el juvenil de Xujiayao es el fósil más antiguo encontrado en el este de Asia pero tiene un desarrollo dental comparable al de los humanos modernos», subraya la coautora del estudio y profesora de antropología de la Universidad Estatal de Ohio, Debbie Guatelli-Steinberg.
El hallazgo sugiere, por primera vez, que algunos humanos arcaicos tuvieron una historia de vida lenta como la nuestra, con un periodo prolongado de dependencia infantil, una reproducción inicial retrasada y una vida más larga, aspectos que hasta ahora se creían únicos del ser humano moderno.