¿Los criminales comparten los mismos genes?
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¿La violencia es una cuestión sociológica? ¿Hay personas, por naturaleza, más violentas que otras? ¿Es la exposición a situaciones extremas?, o ¿tiene que ver con «los genes del guerrero».
La relación entre la genética y la violencia ha sido estudiada durante mucho tiempo. Es cierto que un individuo expuesto a situaciones de furor es más propenso a adoptar comportamientos criminales; sin embargo, la genética juega un papel importante en nuestra vida, en nuestro comportamiento y padecimiento.
Una persona puede ser de tez blanca por genotipo, pero si vive en una zona costera adoptará un color de piel más oscuro por la exposición al sol, alterando así su fenotipo. Lo mismo sucede con la violencia y la genética. La relación entre ambos conceptos puede darse o no.
Los genes del guerrero: MAOA y CDH13
Un estudio realizado en el Instituto Karolinska de Estocolmo durante 2014 arrojó resultados muy interesantes, relacionando la variación de dos genes con el desarrollo de la violencia: el MAOA y CDH13.
La investigación fue publicada en la revista Molecular Psychiatry, cuyos resultados se hicieron ampliamente conocidos. Se tomaron a 895 reos de Finlandia, para analizar sus cadenas de ADN y ver si encontraban alguna coincidencia.
El estudio concluyó de forma muy interesante: los delincuentes relacionados con delitos de agresividad poseían al menos una variación de los genes MAOA y CDH13. Aunque hay una amplia gama de genes relacionados con las actitudes agresivas, estos dos genes fueron los más encontrados en los estudios. Popularmente, a ambas unidades del ADN se les conoce como los “genes del guerrero”.
La presencia de estos genes es mucho más común en hombres que en mujeres, debido a una cuestión de cromosomas. Las mujeres son de cromosomas XX y, en un supuesto de que los genes se encuentren en algunos de los cromosomas, el efecto de ellos es contrarrestado con el otro. En el caso de los hombres, que son XY, esto no ocurre. No hay ningún agente que contrarreste el efecto del otro.
Ahora bien, ¿cómo actúan estos genes dentro del cuerpo humano?
Violencia y genética: MAOA y CDH13
El gen MAO (cuya variante es el MAOA) se encarga de procesar la dopamina, neurotransmisor que tiene actuación en múltiples actividades del ser humano como el aprendizaje, el sueño, la motivación y la atención. Además, es el “catalizador” de sentimientos fuertes tales como el amor y la violencia. Si la presencia de MAO se encuentra reducida, la persona tiene menos control de sus sentimientos y emociones; y si, desafortunadamente, se encuentra en mayor cantidad la variante MAOA, la persona tiende a sentirse cómodo en situaciones riesgosas y extremas.
Por otro lado, el gen CDH13 tiene relación con las conexiones neuronales con el cerebro, ya que procesa una proteína que contribuye a la cohesión neuronal. Cuando este agente se encuentra en déficit, lo más común es el desarrollo de un trastorno muy conocido como Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
La presencia de estos dos genes puede aumentar hasta 13 veces más el riesgo de cometer un hecho delictivo.
Sociedad y genética
El estudio de los investigadores suecos también reveló que el consumo de estupefacientes como el alcohol prolifera la reacción de los agentes CDH13 y MAOA. Otra de las conclusiones del estudio también indica que el 20% de la población mundial posee variaciones de dichos genes, pero son de bajo riesgo, mientras que más del 50% de los casos delictivos del mundo podrían ser explicados a través de causas genéticas. Lo que implica que muchos individuos poseen variaciones de estos genes sin saberlo y muchos consumen distintos tipos de estupefacientes sin saber el riesgo ni lo que implican.
A pesar de los estudios genéticos, muchos analistas no pueden dejar de lado la propensión a la violencia que se levanta en la sociedad. La delincuencia, el crimen y las drogas son consideradas pandemias, que acechan sobre todo a los jóvenes, desde tempranas edades. Los hombres no son solo los más propensos a sufrir esta alteración genética, pues también son arrojados a la agresividad con mayor frecuencia.
Es común que los hombres sean presionados para ser más competitivos, más agresivos, más salvajes, más libertinos y, en general, más fuertes. La palabra fuerte como sinónimo de violento. Sin contar a niños en las condiciones más vulnerables como en sectores populares, en donde la violencia no es solo parte de una coacción psicológica, sino gráfica y física.
¿Qué porcentaje de responsabilidad tenemos como sociedad en la creación e incidencia de los delincuentes? ¿Qué antivalores perpetuamos en la crianza de nuestros hijos?.
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