Lo que nunca debes hacer al desmaquillarte
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Desmaquillarse antes de dormir es un mandamiento de belleza. Se ha dicho de muchas maneras. Es fundamental para la salud de nuestra piel, la limpieza de nuestros poros, y retrasar el envejecimiento.
A esta altura, es muy conocido y repetido que si no nos desmaquillamos antes de ir a la cama nos arriesgamos a sufrir de alergias, irritaciones, acné, puntos negros, arrugas prematuras, infecciones oculares y más. Por eso el tema aquí es cómo hacerlo bien para obtener siempre los mejores resultados, pues si este paso de la rutina de belleza no se cumple con eficiencia, los hidratantes y productos reparadores que aplicas luego no van a funcionar como es debido, acumularás capas de producto, grasa e impurezas que se van convirtiendo en un riesgo para nuestra piel.
Obviamente sabemos que lo más fácil y rápido es pararse frente al espejo, verter un chorro de la crema que tengamos a la mano y untarla en las mejillas, restresgar los ojos y luego pasar una toallita de papel -o disco de algodón si somos más gentiles- para completar con agua, jabón y a la cama. No, por favor. El rostro nos agradecerá cambiar algunos de estos malos hábitos o todos.
El primer paso para hacerlo de la mejor manera es estar segura de que tenemos los productos adecuados. Si usamos una gruesa capa de maquillaje, que incluye base, bronzers, correctores, polvo, rubor, sombras, máscara y labial, no podemos pretender eliminar todo con agua micelar.
La cosmetólogo Joanna Méndez, explica que desmaquillantes y limpiadores no son lo mismo y cada uno tiene una función diferente. “Los desmaquillantes deben adquirirse de acuerdo al tipo de maquillaje que vas a retirar porque su función es disolver el maquillaje. El limpiador es para eso: limpiar la piel, eliminar grasa e impurezas y debe adquirirse según nuestro tipo de piel. Si no usaste maquillaje sino solo protector solar puedes usar limpiador. La formulación de estos productos está basada en disolver eliminar y arrastrar lo que aplicaste: si es maquillaje o son las impurezas de la piel”.
En definitiva, en la eficiencia del proceso tiene importancia fundamental que el tipo de producto sea el adecuado para lo que estamos retirando. “Si el maquillaje es a base de agua, si es resistente, si es muy pigmentado o no, si usaste escarchas y sus fijadores, o el adhesivo de las pestañas postizas, necesitas que sea el desmaquillante sea lo suficientemente potente para retirar con eficiencia lo que está sobre la piel. Cada químico que aplicamos sobre el rostro tiene un potencial irritador, así que mientras más efectivo, más vamos a evitar tener que reaplicar y por lo tanto se disminuye el potencial irritador en la piel”.
El producto ideal
Según la experta el desmaquillante debe contener en su formulación sustancias surfactantes -detergentes-, estos son los que encapsulan y arrastran tanto pigmentos como grasas, componentes acuosos, fijadores y todo lo que es parte de la fórmula del maquillaje. Este tipo de sustancias son capaces de disolver y permite que sean lavados o enjuagados.
Muchas veces caemos en el error de solo usar un producto oleoso para retirar el maquillaje y luego sentimos la piel con una película grasa que solo podría quitarse con jabón. “Es por esto que en los casos de quienes usan maquillaje denso, es recomendable la técnica de la limpieza doble, la cual se refiere a los productos bifásicos, que son compuestos por una parte oleosa y una parte en base de agua. Son los que vemos como agua y aceite, y para usarlos debemos agitarlos para emulsionarlos. Esta mezcla facilita el barrido del maquillaje, porque este tiene una parte liposoluble -que disuelve los componentes grasos del maquillaje- y otra parte hidrosoluble, que se disuelve con la parte de agua. Las sustancias detergentes de esos productos, disuelven todo a profundidad pero deben activarse con agua”.
De esta manera, se hace necesario aclarar que los desmaquillantes naturales, como aceite de coco, o de oliva no son efectivos porque solo están disolviendo la parte grasa del maquillaje, pero no la parte hidrosoluble, al retirarlo el rostro no se siente limpio. “Los que dejan esta película son productos que no tienen detergentes que son necesarios para eliminar la grasa. Estos productos bifásicos porque disuelven la grasa y luego se activan con agua para disolver todo el maquillaje”.
“Para asegurarnos de que nuestra piel queda realmente limpia y cuidar que conserve el pH adecuado, se aplica el producto limpiador y ya no hay que enjuagar. Esto puede ser una preparación para continuar tu rutina, aplicando hidratantes, sueros, o lo que corresponda según el tipo de piel”.
El orden de los factores
Resulta conveniente que los desmaquillantes sean adecuados para la zona de los ojos o tener uno específicamente con esta función. Al aplicarlo en esta zona, solemos restregar con los dedos hasta sentir que se disolvió y retiramos, pero para evitar irritaciones o maltratar la piel, es recomendable humedecer los discos con el producto y colocarlos impregnados en los ojos para que actúen y lleguen a todos los rincones. Al cabo de unos pocos minutos deslizamos suavemente los discos hacia abajo. Podemos, además, tocar suavemente las pestañas como peinándolas y retirar con los discos.
Aplicar suavemente el producto en el rostro, incluyendo los labios, según las instrucciones de su empaque no tiene ningún problema, más si se hace en forma ascendente, del cuello hacia arriba. El error viene cuando lo retiramos restregando con una toalla de papel que puede ser muy áspera para el rostro. Es conveniente usar discos y luego secar el rostro con una toalla limpia dando ligeros toques.
La especialista agrega que otro punto álgido muy frecuente es creer que agua micelar puede usarse sola para retirar el maquillaje. “El agua micelar tiene surfactantes -o detergentes-, pero sola no es efectiva para desmaquillar, sobre todo cuando usas productos densos como los de larga duración. Además, al ser detergente generalmente debemos enjuagarla”.
Cuello, orejas y línea del cabello también ameritan atención. Además, si usamos agua, sea para activar el desmaquillante o para enjuagar, no se recomienda que sea demasiado caliente, pues podemos afectar la barrera protectora natural de la piel.
Cabe señalar que si tenemos la piel sensible, sufrimos de dermatitis, acné, eccema o cualquier otra condición, siempre debemos consultar con el dermatólogo cuáles son los productos que nos favorecen.