Lo mataron a puñaladas y ocultaron el cuerpo en su taxi en Maracaibo
Con información de Panorama
Las 12 horas de angustia que vivió Neivy Marín, en busca de su marido, se transformaron en desgracia y dolor. A las 10:00 de la noche del domingo supo que a José Leonardo Andara lo hallaron muerto en el maletero de su carro, en la calle 20 del sector Canchancha, en Juana de Ávila.
Andara, de 40 años, salió a trabajar a las 4:00 am. Partió de su casa en el sector Los Altos, parroquia Francisco Eugenio Bustamante, al oeste de Maracaibo. Desde hace tres años era taxista informal: no estaba inscrito en una línea.
“Él siempre se iba para las granjas de Los Bucares a buscar las ‘carreritas’. A media mañana regresaba a su casa a desayunar y dar el dinero para las necesidades de la casa, pero el domingo no regresó. Mi tía lo llamó y tenía el celular apagado, por eso comenzó a buscarlo desesperadamente cerca de las 10:00 am”, contó, ayer, Darío Marín, sobrino político de Andara.
Hospitales, morgue y comisarías visitaron los parientes, pero no había rastros de él. Finalmente acudieron a la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) para verificar si estaba detenido, o de lo contrario formalizar la denunciar de su desaparición.
Neivy se llevó una sorpresa al encontrar, en la sede del Cicpc, el carro de su esposo, un Ford Marevick, gris, placas 05AA9YL. Estaba estacionado.
“Cuando indagó le dijeron que a su esposo lo encontraron dentro del maletero”, recordó el sobrino.
“Andara tenía tres puñaladas en el pecho y estaba atado de manos y pies. Ningunas de sus pertenencias estaban”, trascendió de fuentes policiales.
Su sobrino acotó que el domingo en la mañana, vecinos de Canchancha notificaron a la policía que habían dejado un carro abandonado en la zona. A las 5:00 de la tarde una comisión del Cicpc se acercó para verificar e hizo el impactante hallazgo.
Una comisión del eje de Cicpc Homicidios llegó para recolectar las evidencias e iniciar las investigaciones.
Una fuente detectivesca indicó que hasta ahora el móvil del crimen está por definirse, pero se presume “que estuviera reunido tomando con alguien y se haya producido una discusión que terminó en el homicidio. El vehículo estaba impregnado de olor a licor. No llevaba placa de taxi, no estaba identificado como tal”, dijeron.
Los parientes estaban, ayer, indignados afuera de la morgue de LUZ. Exigieron a las autoridades esclarecer el caso. Recordaron que en una oportunidad le habían robado ese Maverick. Dejó un niño de ocho años. Con el trabajo en el volante mantenía su hogar.