Lítla Dímun, la isla que tiene su propia nube - 800Noticias
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Agencias

En el mar de Noruega se halla Lítla Dímun (en danés Lille Dimon), la más pequeña de las 18 islas Feroe. Su nombre proviene de un antiguo término céltico y significa Dos Cerros, refiriéndose también a la isla vecina de Stóra Dímun.

De las islas principales de las Islas Feroe, la pequeña masa de tierra es la única que permanece deshabitada por los humanos. Pero la gente visita la isla.

Durante siglos, los granjeros feroés han hecho el precario viaje a Lítla Dímun para atender a las criaturas que gobiernan el islote: sus ovejas.

Y a pesar de tener apenas 80.000 metros cuadrados, algo la hace única en el mundo: a menudo está cubierta por una nube en forma de lente, lo que le da misterio y fantasía.

La nube que vive en la isla​

Según detalla Kerry Wolfe para Atlas Obscura, la nube que flota sobre la escarpada y diminuta Lítla Dímun se trata de una nube lenticular. Este tipo de nube se forma cuando el aire húmedo fluye sobre una característica geológica sobresaliente, como la cima de una montaña.

Como resultado del fenómeno, el aire húmedo se evapora y luego se condensa en una gran nube con forma de plato volador sobre el pico de la montaña.

 

Hasta mediados del siglo XIX, las ovejas de Lítla Dímun gobernaron el pequeño paraíso verde. Se cree que estas ovejas salvajes negras de cola corta eran descendientes de los animales traídos al área durante la era neolítica.

Pero después de que la última de estas criaturas raras fuera asesinada en el siglo XIX, dejando la línea de sangre extinta, la isla se convirtió en el hogar de ovejas feroe domesticadas.

Cada verano, los granjeros se dirigen a Lítla Dímun, escalan sus acantilados resbaladizos y rodean las ovejas para llevarlas de regreso a las islas principales.

Uno de los escasos indicios de vida humana son las cuerdas que estos granjeros emplean para escalar los acantilados que bordean la isla.

Solamente pueden hacerlo bajo condiciones meteorológicas óptimas, siempre en verano, ya que son frecuentes los días nublados y con poca visibilidad. La nube siempre observa todo desde arriba.

Los turistas deberán seguir admirando esta isla desde los pueblos de Hvalba y Sandvík en la isla de Suðuroy.

No hay ningún inconveniente en llegar en barco a la isla, pero para visitarla deberá usar las cuerdas dejadas por los agricultores para escalar los acantilados.

Por Clarín

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