Liberia vota para elegir a su nuevo presidente en una segunda vuelta - 800Noticias
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EFE

Más de dos millones de liberianos están llamados a acudir hoy a las urnas en la segunda vuelta de los comicios presidenciales, a la que concurren el exfutbolista George Weah (Congreso por el Cambio Democrático, CCD) y el actual vicepresidente, Joseph Boakai (Partido por la Unidad, PU).

Desde las 08.00 (local y GMT) los liberianos interrumpieron las celebraciones de Navidad para acudir a los miles de centros de votación que la Comisión Electoral Nacional (NEC) ha puesto a su disposición para elegir al sucesor de la actual presidenta del país, Ellen Johnson-Sirleaf, en el cargo desde 2005.

Esta segunda vuelta de las presidenciales se retrasó debido a las acusaciones de fraude por parte del tercer candidato más votado, Charles Brumskine (Partido por la Libertad, PL), que fueron finalmente desestimadas por el Tribunal Supremo del país.

En la primera vuelta, celebrada el 10 de octubre, Weah -único futbolista africano en conseguir el Balón de Oro (1995)- se situó en cabeza con el 38,4 por ciento de los votos (con mayoría en 11 de los 15 condados), mientras que Boakai se hizo con el 28,8 % de los sufragios, a pesar de que las encuestas le daban por vencedor.

Sin embargo, en esta segunda vuelta y aunque los números parezcan dar la victoria definitiva a Weah, los apoyos de los partidos minoritarios pueden dar un vuelco a las encuestas.

Charles Brumskine (que se hizo con el 9,6% de los sufragios en la primera vuelta) apoya a Weah, aunque influyentes sectores de su partido hagan lo propio con Boakai, por lo que el voto de su electorado sigue siendo una incógnita, mientras que el quinto, Alexander Cummings (7,2%), ha sido muy crítico durante la campaña con un Boakai a quien calificó de «obsoleto».

Weah se daba esta mañana por vencedor, y aseguraba que será el próximo presidente, en el que es el primer traspaso de poderes en Liberia entre dos presidentes elegidos democráticamente en 73 años.

A sus 51 años, Weah espera conseguir la presidencia liberiana, tras dos intentos frustrados, en 2005, cuando la actual presidenta le venció en la segunda vuelta, y en 2011, cuando fue el «número dos» de la fórmula que encabezaba Winston Tubman, sobrino de William Tubman, el presidente más longevo del país (1944-1971).

Acompañado de su número dos en la candidatura, la exprimera dama Jewel Taylor, Weah ha prometido a lo largo de su campaña educación gratuita desde la guardería al instituto y acelerar la creación de empleo.

Boakai presenta los datos económicos como aval para hacerse con el triunfo, ya que desde que accedió a la vicepresidencia del país, hace 11 años, Liberia ha aumentado su PIB en un 248%, pasando de 604 a 2.101 millones de dólares, una mejora económica que ha repercutido en la esperanza de vida, que ha avanzado desde los 56 años hasta los 62.

Además, tras las devastadoras guerras civiles de 1989-1996 y 1999-2003, Liberia recuperó sus exportaciones de cacao, café, hierro, oro y diamantes y logró cancelar casi 4.000 millones de dólares de deuda externa.

No obstante, desde la crisis del ébola que en 2014 mató a casi 5.000 personas, la economía se ha visto afectada, y 2016 finalizó con un decrecimiento del 1,6% del PIB.

Por ello, a sus 73 años, el actual vicepresidente ha prometido una menor dependencia de la ayuda extranjera, reforzar la lucha contra la corrupción, mejorar las infraestructuras del país y, al igual que Weah, crear más empleos.

Pero entre las prioridades del próximo presidente de Liberia, los ciudadanos esperan que continúe la herencia de Johnson-Sirleaf, bajo cuyo mandato se consiguió la retirada de la misión de paz de la ONU, activa desde 2003 a 2016, así como la retirada de todas las sanciones que Naciones Unidas había aplicado al país por el conflicto.

Las dos guerras civiles que sufrió Liberia costaron la vida a más de 150.000 personas y causaron centenares de miles de desplazados y refugiados.

La propia presidenta del país -primera y única en África- reconoció recientemente que se podría haber hecho más, pero que el país había permanecido estable y en paz.

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