Lea el artículo de Rafael Ramírez que desató la polémica en el PSUV
Aporrea
Estas líneas no dejan de ser difíciles. La palabra, las ideas constituyen siempre riesgos, pues comprometen las convicciones de quien las expresa y quien la recibe. Mi padre, viejo guerrillero, me enseñó siempre a ser honesto y leal con mi pensamiento y acción revolucionaria. Para un revolucionario, el silencio no es una opción.
Con Chávez se reivindicó el pensamiento liberador. Una Revolución debe ser el espacio de las ideas, la batalla de las ideas. Con el Comandante quedaron atrás los tristes episodios de persecución del pensamiento revolucionario, él hizo de la idea extraordinaria, por la cual entregaron su vida tantos patriotas, algo cotidiano. Empoderó al pueblo de las ideas liberadoras, a nuestros soldados, oficiales, patriotas, obreros.
La elevación de la conciencia de nuestro Pueblo tiene que ver mucho con esa predica permanente, constante, del Comandante Chávez en su seno, acompañada con una práctica revolucionaria en un permanente proceso de retroalimentación. Es esa conciencia, la que nos mantiene como proceso político, a pesar de las difíciles circunstancias.
La ética de la política, la política con P mayúscula. Es un valor del legado del Comandante Chávez.
Nuestro proceso de cambios siempre ha insistido en la vía pacífica. No fuimos nosotros los agresores. Fue la derecha intolerante, incapaz de comprender al Pueblo, aferrada a sus mezquinos intereses, manteniendo al país sin perspectiva de desarrollo propio, soberano, fue ella quien desató la violencia: Golpe de Estado, Sabotaje Petrolero, Guarimbas, intolerancia. La respuesta del Comandante Chávez, siempre fue pacífica, con el Pueblo, basada en las ideas.
Esta forma de respuesta ante la violencia de la derecha, le dio una gran fuerza moral a la Revolución Bolivariana, que resistió los embates más violentos sin modificar la esencia de la ética política del Comandante Chávez. Él siempre actuó aferrado a la Constitución y las leyes, y muy consciente de la majestad de sus responsabilidades como Jefe de Estado, Presidente de la República y Jefe de la Revolución. Nunca lo vimos utilizando sus poderes extraordinarios contra nadie, señalar y juzgar a ningún ser humano. A veces, sus oponentes lo interpretaban como debilidad, sin entender que esa era una de sus grandes fortalezas.
No puedo dejar de referirme al Comandante Chávez. Para mí es un permanente ejemplo para seguir adelante. El dio el máximo siempre. Nunca me escudaré en él para defender ninguna posición, ni actuación. Siempre he asumido las consecuencias de mis actos. Sin embargo, siempre tuve su apoyo en mi actuación política y al frente de las altas responsabilidades del Estado y del Partido con las que me honró hasta los últimos momentos de su luminosa vida, me honró con su amistad y respeto. Esto lo saben todos los compañeros que estuvimos junto a él y su círculo más cercano de trabajo y afecto.
Es una relación que siempre guardaré y cuidaré hasta mis últimos días de existencia. Espero no molestar a nadie con mi profundo aprecio a Chávez. Él, lamentablemente, ya no está entre nosotros, por eso hay que defenderlo, hasta el extremo de comprometer nuestra propia estabilidad y seguridad. Si de algo se me puede acusar es de ser profundamente Chavista.
Esto no quiere decir, para nada, que sea un sentimiento exclusivo. Nadie se puede adjudicárselo. Chávez es del Pueblo, de todo el país y me atrevo a decir que es un patrimonio de los pueblos del mundo.
Tampoco puedo dejar de referirme a mi experiencia de trabajo y lucha a su lado. Esa es una experiencia que nos dejó un extraordinario conocimiento de cómo hacer las cosas en Revolución, cómo avanzar en el camino trazado por él, siempre en el marco de nuestras Leyes: rescatar la Plena Soberanía Petrolera, golpear de manera decidida los grandes intereses transnacionales que se habían adueñado de nuestro Petróleo, nuestro gas. Enfrentamos con éxito extraordinario grandes y poderosos enemigos que están allí, acechando. Rescatamos nuestra empresa nacional, PDVSA, la Nueva PDVSA y avanzamos en el cumplimiento de todas las tareas asignadas por el Comandante, la distribución popular y revolucionaria de la renta Petrolera, el empoderamiento del Poder Popular, el sostenimiento y desarrollo de los programas para incluir y reivindicar a nuestro Pueblo pobre, la solidaridad internacional.
Estoy preparado para resistir cualquier embate de la derecha, de nuestros enemigos internacionales, incluso cualquier agresión directa contra mí, porque entiendo que mis agresores odian en mi a Chávez. Como lo decía el Comandante Chávez en una apasionada intervención durante su última campaña, año 2012, desde La Guaira, Chávez explicaba al Pueblo que la derecha, la oposición me atacaba, porque no era yo en lo personal, sino que mi rostro, junto al suyo, era la cara visible de nuestra política de Plena Soberanía Petrolera, la política que permitió hacer una distribución, por primera vez en nuestra historia, de la renta petrolera a favor del pueblo, de su desarrollo humano, social, económico. Luego decía que debía sentirme honrado, cuando el candidato de la oposición afirmó que lo primero que haría en su hipotético gobierno sería destituirme y devolver la «independencia» a PDVSA. Esas palabras del Comandante Chávez, afortunadamente están allí, grabadas, el que quiere las puede escuchar.
Las cosas que dijo el Comandante Chávez son buenas todas, no puede haber selectividad en el uso de sus discursos. Son mensajes al pueblo y su dirección política, más allá de las consideraciones personales, nos enseñan el origen y las razones de la conflictividad política en el país. Me basta con la palabra de Chávez.
Nosotros, nuestro despliegue en la batalla económico-política y social junto al Comandante, lo hicimos a contra corriente de la visión imperante en el sector y otras muchas empresas e instituciones del Estado. Nunca lo dejamos solo, ni a él, ni a nuestro Pueblo, ni al País, no guardamos distancia prudente, no nos «cuidamos».
Avanzamos y lo hicimos bien. ¿Quién puede negar que nuestra empresa asumió gran cantidad de tareas, difíciles todas, con un rotundo éxito para el país? Es muy difícil construir un nuevo modelo en medio de un sistema capitalista atrasado, dependiente y satélite de la economía norteamericana: el modelo rentista petrolero.
Por otra parte, no podíamos esperar un nuevo modelo económico para avanzar, como se hizo sin dudas, en la batalla contra la pobreza, la exclusión y por la independencia de nuestra Patria.
Así, me parece una experiencia de lucha y gestión que tiene elementos de mucha vigencia, aprendizajes y conocimientos para enfrentar con éxito la difícil situación planteada, derivadas del tema económico, área donde se produce una confrontación entre dos modelos de país, nosotros tenemos que insistir, de manera exitosa y gratificante por el Pueblo, en el modelo Chavista. Esta allí, en el Plan de la Patria.
En ejercicio pleno de mi lealtad a Chávez, a la Revolución y al Pueblo, he expresado mis opiniones. Lo he hecho de manera sistemática, siempre lo he hecho.
Con el Comandante Chávez, siempre le expresaba de manera honesta, abierta, mis opiniones, allí estaban los compañeros del equipo económico, del partido, de la dirección. Siempre una relación de respeto y de discusión muy rica y constructiva. Luego de agotada la misma y verificada por todas partes, avanzábamos, con su permanente apoyo, su despliegue, luego vendría la revisión y cualquier ajuste necesario.
Igual con el Presidente Maduro, siempre explicando mis puntos de vista, escribiendo mis reportes, agendas. Con la Vicepresidencia económica, explicando al partido, al mismo Congreso del Partido, a su dirección, al sector económico nacional e internacional, a la opinión pública. Siempre con mis papeles en mano, mis proyecciones.
He hecho un ejercicio revolucionario de la disciplina, tengo un profundo respeto por mis compañeros de tantos años y luchas compartidas. Sé de nuestras diferencias. ¿Acaso eso es malo?, definitivamente no. Esa es nuestra fortaleza, todas las visiones hacia un objetivo común a favor de la Revolución Bolivariana, en defensa del legado de Chávez, de los intereses supremos de nuestro país. Por eso no temo a la discusión, no concibo una relación que sea de irrespeto, atropello y mucho menos traición. ¿Entregar a un compañero? ¿Traicionar a un Pueblo? ¿A Chávez? ¡Jamás!
Llevo tres años representando a nuestro país ante las Naciones Unidas, en un momento donde el sector internacional es crucial en la defensa de nuestra Patria. Primero atendí durante dos años el Consejo de Seguridad, allí están las intervenciones y posiciones, firmes en defensa de nuestros principios, estrechando relaciones con nuestros aliados estratégicos, Rusia y China, los hermanos árabes, africanos, asiáticos, latinoamericanos y caribeños. Hemos tenido un despliegue en el seno de la ONU, ganando apoyos entre los países hermanos, defendiendo nuestro país, neutralizando las emboscadas del enemigo, el intento de aislamiento y agresión.
Como parte de esta estrategia de la defensa de la Patria, nos hemos activado en un despliegue, junto a los compañeros de nuestra Misión, con iniciativas de todo tipo, presidiendo durante dos años el Comité de Descolonización, la Cuarta Comisión de la Asamblea General, por primera vez en 21 años. Hemos ganado todas las elecciones ante los distintos órganos de la Organización. Hemos derrotado las pretensiones de llevar a nuestro país ante el Consejo de Seguridad. Lo seguirán intentando, nosotros nos hemos preparado para seguirlos derrotando. No nos podemos dar el lujo de permitir que nos intervengan o agredan desde esos órganos tan poderosos.
A pesar de que mi centro y todo mi esfuerzo, esté concentrado en mi trabajo en la ONU, en territorio hostil, con el cerco, el ataque de la derecha y el asedio de enemigos que nos quieren derrotar y entrar a saco roto a nuestro país, a pesar de eso, yo no me puedo limitar al papel de embajador, el cual respeto mucho, pero tengo mucha más responsabilidad política con el Pueblo y muchas más capacidades y entendimiento de lo que está pasando en el área económica. Si fuese otra área de conocimiento, tal vez lo pensaría un poco. Pero tratándose de la situación económica, petrolera ¿Sería ético guardar silencio? ¿Por qué? La lealtad a Chávez es con su obra, su trayectoria y si percibo que tenemos problemas y errores que se pueden resolver, tengo que decirlo.
Guardé silencio al respecto por un tiempo, dos años, para permitir que la nueva dirección de la empresa y de la política petrolera avanzara, sin interferencias de ningún tipo. Hace tres años y medio que no tengo nada que ver con decisiones, nombramientos, actuaciones en la industria ni en ninguna de sus 234 filiales.
He visto con dolor el ataque despiadado de la derecha contra la empresa, sus trabajadores, quieren convertir la obra de Chávez en un basural. No es así. Lo que tenga que corregirse e investigarse se hará. Confío que de la manera adecuada. Protegiendo a la empresa y a la inmensa mayoría de sus trabajadores honestos y patriotas, su prestigio y capacidades, lo cual tiene efectos directos sobre el país.
Tratar de decir lo que la derecha está diciendo de nuestra querida PDVSA no lo podemos aceptar. Si tenemos problemas en el orden ético, hay que actuar en el marco del Estado de Derecho, pero yo preguntaría: ¿es solo en PDVSA? ¿En serio? Es como para pensar que existe un sesgo.
No caigo en trampas de la derecha. Ella actúa, desinforma, ataca, desprestigia, porque saben que, cayendo PDVSA, se pone en alto riesgo a la Revolución Bolivariana. De esta situación económica solo nos salvará mantener intacta nuestra política de Plena Soberanía Petrolera. Es cuestión de tiempo, de actuar con conocimiento y audacia.
Mientras existen los sectores que se han hecho inmensamente ricos con el tema cambiario, el mercado negro, la obtención de divisas baratas, las empresas detenidas, las grandes instituciones financieras que manipulan, el sector económico vinculado estrechamente a la desestabilización, con un accionar permanente. Se aprovechan de la inacción de actuación del Estado, o de la falta de asertividad. Probablemente la situación ha cambiado cualitativamente, desde que estuvimos en el detalle de los temas económicos, pero es un secreto a voces, que estamos muy comprometidos. El cerco se estrecha.
Esto es lo que he señalado en mis escritos. Hubiese sido más cómodo y seguro, no decir nada. Quedarse quieto. No soy así. Tenemos que levantar las alertas. Hombres de gran prestigio y que gozan de mi respeto lo han hecho. Deben escucharse los planteamientos que se hacen desde el campo Bolivariano, desde el campo de la Revolución. Me decepciona que no se permita ningún tipo de crítica constructiva, también el hecho de que algunos compañeros que me conocen bien caigan en las manipulaciones de la derecha, mis artículos están allí, los invito a leerlos con atención.
Nuestro pueblo nos ha acompañado en los procesos electorales y sigue votando a favor del campo de la Revolución, y estoy confiado que así seguirá siendo, confiado en que podremos resolver los problemas económicos que padece todos los días. Son problemas complejos, nadie ha dicho que sean fáciles, no perdamos la calma, pero es nuestro trabajo concentrarnos en ello.
Exijo respeto. No puedo aceptar que se me descalifique o tilde de cualquier cosa, solo porque opino cumpliendo con mi deber de revolucionario. Estoy en el ejercicio de mi lealtad a Chávez.
Mis opiniones y observaciones, siempre son desde el campo de la Revolución, profundamente convencido que esta complejidad solo se debe resolver a favor de las grandes mayorías. Eso es lo que espera el Pueblo de su dirección política y de su gobierno. El paso firme del Comandante.
Debe imponerse la prudencia y la responsabilidad en el uso de la palabra y de la opinión pública, en el uso de la fuerza. Creo que debemos superar el ambiente apocalíptico. Esta situación de crisis tiene salida y todos debemos remar hacia un futuro mejor, el que nos legara el Comandante, una perspectiva de futuro gratificante para todo el Pueblo. Hay que dejar atrás el escenario de la aniquilación entre bandos, de la intolerancia.
Debemos mirar hacia el futuro, debe prevalecer el optimismo, existen muchas experiencias internacionales de países en peores o profundas crisis económicas y que se superan de manera exitosa. Abogo porque se superen a favor del Pueblo, del interés supremo de la Patria, tenemos todos que estar a la altura de esta gran responsabilidad que nos legara Chávez. Confío en el Pueblo, su extraordinaria conciencia y capacidad de avanzar, confío en el legado del Comandante y que todos estos años de lucha a su lado, nos permitan seguir adelante en el camino de la superación de nuestros angustiantes problemas. Con Chávez siempre. ¡Venceremos!