Latinoamérica deja la Celac en manos del eje bolivariano
EFE
La V Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) arrancó este jueves transformada en una virtual reunión de gobernantes del eje bolivariano en la localidad dominicana de Punta Cana.
Los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro; Ecuador, Rafael Correa; Bolivia, Evo Morales; Cuba, Raúl Castro; Nicaragua, Daniel Ortega; El Salvador, Salvador Sánchez Cerén; y República Dominicana, Danilo Medina, como anfitrión, son los únicos gobernantes latinoamericanos presentes.
A estos hay que sumar a los gobernantes o cancilleres caribeños, la mayoría miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), promovida por el régimen chavista, vigente en Venezuela.
La ausencia anunciada en cadena por motivos de agenda interna de la mayoría de presidentes latinoamericanos parece más que casual y animada por la insustancial agenda de esta cumbre, que ensombrece a la Celac como el mecanismo regional de concertación política que pretende ser.
Los presidentes latinoamericanos ausentes son el de Argentina, Mauricio Macri; Perú, Pedro Pablo Kuczynski; Brasil, Michel Temer; Uruguay; Tabaré Vázquez; Paraguay, Horacio Cartes; Chile, Michelle Bachelet; Colombia, Juan Manuel Santos; México, Enrique Peña Nieto; Panamá, Juan Carlos Varela; Costa Rica, Luis Guillermo Solís; Guatemala, Jimmy Morales; y Honduras, Juan Orlando Hernández.
La de Punta Cana es pues la cumbre de la Celac que, desde su fundación en 2011, menos gobernantes ha conseguido reunir, y alcanza este deslucido récord paradójicamente en un momento de cambio político mundial y especial incertidumbre para Latinoamérica tras la reciente llegada de Donald Trump a la presidencia de EE.UU.
Los países latinoamericanos parecen estar dispuestos a iniciar cada uno por su lado la nueva era política mundial inaugurada por Trump, a luz de lo visto en esta cumbre de la Celac.
En estas circunstancias no ha resultado extraño que Venezuela se haya convertido, una vez más, en protagonista de los debates sobre la elaboración de la declaración política a aprobar al final de esta cumbre.
El borrador al que ha tenido acceso Efe de la llamada Declaración Política de Punta Cana, que será aprobada al término de esta cumbre, incluye de forma destacada un apoyo al diálogo en marcha en Venezuela y una petición para que EEUU revierta las medidas adoptadas contra el gobierno de ese país.
Estos dos puntos han sido objeto de intensos debates y enfrentamientos, debido a que muchos de los países de la CELAC, fundamentalmente aquellos cuyos presidentes no están presentes en esta cumbre, han exigido otra declaración explícita que inste al Gobierno venezolano a respetar el Estado de Derecho y el principio democrático de división de poderes.
“Apoyamos el proceso de diálogo nacional en la República Bolivariana de Venezuela entre el Gobierno y la oposición de dicho país”, reza el mencionado borrador en su tercer punto.
En el mismo punto, la Celac añade que ese diálogo debe desarrollarse “con pleno apego al Estado de derecho, a los derechos humanos y la institucionalidad democrática, especialmente a la separación de poderes”.
Más adelante, los países latinoamericanos y caribeños piden, y recuerdan que ya lo han hecho en otras declaraciones anteriores, que sea revertida la orden ejecutiva del expresidente Barack Obama que considera a Venezuela, con las consiguientes medidas contra este país, una amenaza de la seguridad nacional de Estados Unidos.
Más de lo mismo
Por lo demás, la Declaración Política de Punta Cana tiene muy pocos aspectos nuevos en relación a los documentos aprobados al final de las anteriores cumbres de la Celac.
Sí llama la atención la falta de referencia alguna concreta al nuevo escenario mundial y la posición de la Celac tras la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estaos Unidos.
El documento hace una breve referencia a su oposición a criminalizar la migración irregular que puede entenderse que ha sido suscitada por las amenazas de Trump al respecto.
En el documento tampoco hay una referencia a la delicada situación que afronta México ante las posiciones adoptadas por el nuevo presidente estadounidense.
La Celac se refiere igualmente de forma vaga a su posición en contra de la corrupción sin mencionar el escándalo de los sobornos de Odebrecht que ha afectado a varios de sus países miembros.
Por lo demás, el interés de esta cumbre se ha centrado en el consabido espectáculo de presidentes como Correa y Maduro en medio de una agenda de actividades desordenada y de muy restringido acceso para los medios de comunicación.