Las vinculaciones de reclusas con el crimen organizado en Caracas - 800Noticias
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Ser pareja de un peligroso criminal puede ser atractivo para algunas mujeres por el acceso a lujos y actividades fantasiosas. Pero los momentos de éxtasis en este mundo pueden ser efímeros y la ley los desvanece rápidamente. Guardar secretos de algunos delitos del crimen organizado, como secuestros, extorsiones o venta de drogas, se puede pagar con la cárcel. De hecho, el bajo porcentaje de las mujeres que están vinculadas con el crimen organizado en Caracas tiene que ver con esta dinámica.

En un sondeo por los 27 centros de detención preventiva ubicados en el Área Metropolitana de Caracas y en consultas con fuentes penitenciarias, policiales y familiares de internos, no se encontraron reclusas que hagan parte de una organización de crimen organizado.

Un funcionario de una policía municipal ubicada en Caracas explicó que es común la detención de mujeres que son parejas de miembros de algunas bandas delictivas: “Por ejemplo, las amantes, mujeres o esposas de los integrantes de los Grupos Estructurados de Delincuencia Organizada, conocidos como “GEDO”, que por lo general, son detenidas por complicidad, pues guardar silencio ante estos delitos, o ignorarlos, se considera complicidad”.

La fuente policial consultada relató que también es frecuente la detención de mujeres por ser “pichadoras”: “Son las que tienen buen cuerpo y buena presencia. Esto les permite ser las encargadas de captar y marcar a esa posible víctima para que sea violentada o robada”.

Pero la mayoría de las 284 mujeres que están detenidas en calabozos policiales en Caracas no tienen vínculos con el crimen organizado, sino con delitos como hurtos y robos, como es el caso de las conocidas como las “guagueras”, que son quienes se dedican a ir en grupos de mujeres a tiendas de ropa y de celulares con una cartera preparada, que denominan “guagua” con cartón, aluminio y otros implementos por dentro, para bloquear las alarmas que utilizan en las tiendas y hurtar bienes.

Solo en un CDP son constantes los planes de reinserción

Los planes de reinserción son escasos en los CDP monitoreados en Caracas, a diferencia de la sede de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) de El Valle, que es el único centro de detención preventiva para mujeres ubicado en la capital de Venezuela. Allí casi 100 mujeres tienen la oportunidad de practicar deportes, tomar clases de repostería, costura, manualidades y panadería. UVL ha confirmado, en visitas que ha realizado a esta comisaría, que los funcionarios a cargo de la custodia de las internas tienen una rutina diaria para que las privadas de libertad no estén ociosas en sus celdas.

Para este boletín se trató de indagar sobre el liderazgo negativo o “pranato”, de reclusas en los centros de detención preventiva. Pero no se encontraron casos relevantes. Un funcionario del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) advirtió, sin embargo, que algunas reclusas utilizan su inteligencia femenina para dominar a los custodios policiales y, de ser necesario, al resto de la población.

“La mujer aplica la seducción, trata de seducir al funcionario y hay otras que se tornan agresivas amparadas en la figura de mujer y que no pueden ser agredidas. Son muy habilidosas para salirse de cualquier problema o para resultar favorecidas”, precisó el policía.

Dos mujeres detenidas por trata de personas

Entre las 284 reclusas detenidas en Caracas hay dos privadas de libertad por el delito de trata de personas. Una de las fuentes policiales consultadas refirió que las mujeres que forman parte de esta economía ilegal de crimen organizado se aprovechan de la confianza que tienen con amistades, allegadas, e incluso, con sus familiares directos para ofrecerles buenos ingresos económicos.

“He monitoreado el caso de una señora que entrenaba a su sobrina, de 16 años de edad, para que estuviera con caballeros por dinero”, aseguró el efectivo policial quien además considera que las mujeres, si lo desean, pueden ser más violentas que los hombres: “Para nadie es un secreto que las mujeres son los mejores guardaespaldas. Cuando ellas quieren ser violentas pueden ser más violentas y agresivas que los hombres porque el umbral de dolor de las mujeres va a estar por encima del hombre. Ellas siempre vna a ver lo que un hombre no, a la hora de causar un daño. La mujer tiene capacidad para producir dolor y es más calculadora”, expresó el funcionario policial que solicitó mantener el anonimato.

En el levantamiento de información para este reportaje se confirmó una vez más lo que con anterioridad había determinado Una Ventana a la Libertad en sus entrevistas de campo: las mujeres hacen parte de la población reclusa más vulnerable. Aunque algunas tienen madres, hijos, familiares y parejas, éstas no suelen ser visitadas, ni recibir alimentos e insumos de higiene. En consecuencia, son necesarias políticas públicas para darle atención a esta población penitenciaria para garantizar sus derechos humanos y oportunidades de reinserción a la sociedad.

Nota UVL

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