Las tres posibles razones del síndrome de ovario poliquístico - 800Noticias
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Redacción 800 Noticias

El síndrome del ovario poliquístico (SOP) es la endocrinopatía más frecuente de las mujeres en edad reproductiva, un trastorno hormonal con una incidencia del 6 al 21 %, representando a su vez la causa más frecuente de anovulación crónica, y por tanto, puede dar lugar a esterilidad en la mujer.

Así lo afirma el experto de la Unidad de la Mujer del Hospital Ruber Internacional de Madrid, el doctor Sebastian Sessa, quien recuerda que el SOP representa la forma más común de hiperandrogenismo (exceso en la producción de andrógenos) propiciando con ello la aparición de acné, alopecia (pérdida de cabello), o hirsutismo (crecimiento excesivo de vello) etc. en la mujer.

Desde el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG, por sus siglas en inglés) recuerdan que se trata de un trastorno que tiene tres características clave:

1.- Altos niveles de la hormona sexual masculina, los andrógenos, que también presentan las mujeres. Controlan el desarrollo de características masculinas, como la calvicie o el hirsutismo. “Los niveles de andrógeno más elevados de lo normal pueden evitar el desprendimiento de un óvulo de un ovario (ovulación) en cada ciclo menstrual y pueden causar un crecimiento excesivo de vello y acné, dos signos de SOP”, agrega.

2.- Periodos menstruales irregulares o ausencia de los mismos.

3.- Presencia de varios quistes en los ovarios.

Aunque dice que muchas mujeres presentan otros síntomas, la ACOG afirma que sus causas a día de hoy se desconocen, aunque puede existir una parte genética.

En concreto, cita que podrían ser posibles causantes también los altos niveles de andrógenos, así como elevados de insulina, la hormona que contribuye en el procesamiento de los alimentos hasta convertirlos en energía.

Eso sí, la entidad destaca que con un diagnóstico adecuado los síntomas del SOP pueden ser tratados con éxito.

El problema de la fertilidad
De acuerdo con datos de la Sociedad Española de Ginegología y Obstetricia (SEGO),el 70 % de las mujeres con este síndrome presentan trastornos de la ovulación.

Aunque algunos casos cursan con amenorrea primaria o secundaria de larga evolución, en la mayoría dice que existe oligomenorrea (menos de 6-8 menstruaciones anuales) o un ritmo menstrual irregular.

“Esta disfunción ovulatoria se inicia ya en el período de la perimenarquia y mejora, junto con el hiperandrogenismo, hacia la cuarta década de la vida. En general, los sangrados menstruales no van precedidos de síntomas y, por tanto, no suelen ser predecibles. La consecuencia clínica inmediata de la ano/disovulación persistente es la subfertilidad o esterilidad, que en muchas ocasiones supone el principal motivo de consulta. Ello afecta a un 40 % de las pacientes, siendo más frecuente en pacientes con obesidad troncular, aunque incluso en el resto de mujeres el tiempo para concebir suele estar alargado”, afirma la SEGO.

El doctor Sebastian Sessa, ginecólogo de la Unidad de la Mujer del Hospital Ruber Internacional, insiste por ello en que el diagnóstico del síndrome poliquístico se basa fundamentalmente en la presencia de una disfunción menstrual crónica.

Además, mantiene que se relacionará en la mayor parte de los casos con signos de hiperandrogenismo clínico, así como ovarios de aspecto poliquístico identificados ecográficamente.

“Para lograr un embarazo en pacientes con hiperandrogenismo y anovulación crónica es necesario una correcta ovulación. El hiperandrogenismo no solo afecta al proceso ovulatorio, sino también al adecuado funcionamiento ovárico en su conjunto. Por todo ello, estas pacientes pueden presentar una subfertilidad/infertilidad, que en muchas ocasiones supondrá el principal motivo de consulta”, indica, una cita con el especialista que no debe demorarse a pesar de la pandemia, puesto que, según señala, los centros sanitarios son seguros frente al contagio de COVID-19 al haber diseñado circuitos limpios del virus.

El Hospital Ruber Internacional (Madrid) cuenta además con la certificación ‘Applus+ Protocolo Seguro frente a la COVID-19’, que acredita su cumplimiento de los estándares más exigentes de desinfección en esta pandemia, por lo que el riesgo de contagio es mínimo.

“Se recomienda consultar de forma precoz en aquellas pacientes con periodos de amenorrea (ausencia de menstruación) y/o signos de hiperandrogenismo clínico, o bien tras un año de búsqueda de embarazo sin éxito en parejas menores a 35 años, siendo este tiempo de seis meses para parejas mayores a dicha edad”, subraya el doctor Sessa.

En qué consiste el tratamiento
No obstante, el experto de Quirónsalud recuerda que si la paciente no desea gestación, el tratamiento irá orientado fundamentalmente a equilibrar el perfil hormonal de la misma, siendo el empleo de anticonceptivos orales combinados con un perfil “antiandrogénico” una de las principales formas de tratamiento.

“En aquellas mujeres que buscan embarazo, la primera línea de tratamiento consistirá en el empleo de fármacos inductores de la ovulación, los cuales podrán ser orales, como el citrato de clomifeno, o bien subcutáneos, como las gonadotropinas”, añade el ginecólogo.

A su vez, remarca que, dado que se trata de un trastorno hormonal que provoca una afección sistémica, muy frecuentemente están presentes patologías como la obesidad, la resistencia a la insulina, el acné severo, etc., por lo que defiende que el manejo multidisciplinar de estas pacientes, con endocrinólogos, dermatólogos, nutricionistas y psicólogos, será de gran importancia en el tratamiento.

“Además, el riesgo de problemas de salud relacionados con el SOP, como la diabetes, accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos aumentan con la edad. Estos riesgos pueden ser aun mayores en mujeres con SOP en comparación con aquellas mujeres que no padecen esta condición”, aclara la entidad; por ello “consultarlo cuanto antes con un ginecólogo es fundamental”, sentencia el especialista de Ruber Internacional.

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