Las huellas dactilares pueden predecir el riesgo de esquizofrenia
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El diagnóstico de la esquizofrenia podría mejorar gracias a una prueba sencilla y no invasiva que se basa en un algoritmo que analiza las huellas dactilares de un individuo y que durante los ensayos preliminares ha demostrado una fiabilidad del 70% al identificar a las personas con riesgo de sufrir este trastorno mental.
Actualmente para diagnosticar la esquizofrenia es necesario realizar una exploración física y una evaluación psiquiátrica del paciente, análisis y pruebas de imagen como la resonancia magnética nuclear o la tomografía axial computarizada (TAC), y diferenciarla de otros problemas de salud mental como el trastorno bipolar, lo que retrasa el inicio del tratamiento.
Entre las causas de la esquizofrenia destaca la predisposición genética (se estima que tiene un peso del 80% de la enfermedad), ya que si un familiar ha sido diagnosticado con el trastorno hay más probabilidades de padecerlo. Los factores ambientales durante el embarazo o el entorno social y familiar del individuo también pueden influir en su aparición.
La nueva técnica diagnóstica ha sido desarrollada por investigadores de la Fundación de Investigación de la Congregación de Hermanas Hospitalarias (Fidmag), que cuenta con una red de centros de salud mental distribuidos por toda España, y del CIBER de Salud Mental (Cibersam). Estos científicos pensaron que era posible que la esquizofrenia dejase marcas en las huellas dactilares, puesto que los patrones dermatoglíficos con los que nacemos no varían a lo largo de la vida y por eso se emplean en el registro e identificación oficial de los ciudadanos.
Los investigadores del Fidmag y Cibersam utilizaron la inteligencia artificial, en concreto el aprendizaje profundo, para desarrollar varios algoritmos avanzados que les permitieran identificar los patrones de pacientes con esquizofrenia y de personas sanas en la huellas dactilares, y los probaron hasta encontrar el más eficaz, que se basó en tres dedos (pulgar, índice y corazón) de la mano izquierda.
Diagnosticar la esquizofrenia precozmente en población de riesgo
El estudio se ha publicado en Schizophrenia Bulletin, y en él se analizaron las huellas dactilares de alrededor de 1.500 personas; 600 de ellas con esquizofrenia y 850 personas sanas que sirvieron como grupo de control. De esta forma se validó de forma preliminar el algoritmo, que alcanza una fiabilidad del 70% identificando huellas dactilares de individuos con riesgo de esquizofrenia y huellas dactilares de personas sanas.
Raymond Salvador, investigador principal y biólogo que ha desarrollado el algoritmo, ha informado en rueda de prensa en el Hospital San Rafael de Barcelona (de la misma orden religiosa), junto con la psicóloga e investigadora postdoctoral María Ángeles García León, que la prueba consiste en escanear los dedos de los pacientes para realizar posteriormente una limpieza de la imagen (las huelles pueden tener pequeños cortes) y procesarla mediante el algoritmo, para que este determine las probabilidades de padecer la enfermedad analizando patrones de gran complejidad.
Salvador ha explicado que el algoritmo es “como una caja negra, que detecta las zonas de la huella con información sobre riesgo de enfermedad. El algoritmo es suficientemente hábil para saber dónde está la información sobre la enfermedad”. Y ha recalcado que “no es una herramienta absoluta, sino que puede ayudar. Tiene un 30% de error”. En su opinión, un 70% de éxito es “al máximo al que podemos aspirar”.
Los autores del estudio consideran que los resultados confirman que la prueba es un potencial marcador de riesgo de esquizofrenia. Además, como han señalado, la herramienta es fácil de usar, ya que solo se necesita un pequeño aparato de recogida de la imagen de las huellas digitales y un ordenador o un teléfono móvil, y es fiable para detectar el riesgo de enfermedad inmediata o su aparición en el futuro. Sin embargo, han insistido en que “acaba de salir del horno” y es necesario definir cuestiones que incluyen la bioética, antes de implantarla en la práctica clínica.
Han descartado que se utilice para cribado poblacional (identificar a las personas con riesgo entre la población sana sin antecedentes familiares del trastorno), y explican que estaría indicada para dos grupos en concreto: personas que han empezado a manifestar síntomas de esquizofrenia o que acudan a urgencias con un primer episodio psicótico, e individuos con riesgo genético significativo.
Los investigadores han explicado en la rueda de prensa que identificar a las personas con riesgo de esquizofrenia permitiría mejorar su pronóstico y la evolución de la enfermedad porque un diagnóstico precoz irá seguido de un tratamiento temprano y más personalizado. La enfermedad se manifiesta con un primer episodio psicótico tras la adolescencia, generalmente entre los 20 y los 25 años de edad, pero su origen está en el desarrollo del cerebro del feto en el útero materno, o en los primeros años de vida.
Con información de WebConsultas
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