Las cabras toman una ciudad de Gales en plena cuarentena
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El promontorio de roca caliza conocido como Great Orme, en el condado de Conway, en Gales (Reino Unido), junto al parque nacional de Snowdonia y a la costa de la mar de Irlanda, tiene entre sus principales atractivos faunísticos a un rebaño de poco más de 200 cabras silvestres de raza Cachemir o de Cachemira.
La historia de esto grupo familiar de artiodáctilos es curiosa y señorial, y difiere mucho de los rebaños de ejemplares de esta raza criados en otras partes del mundo para producir la famosa lana de su mismo nombre.
Los padres de todas las cabras Cachemir -de atractivo color blanco- que ahora viven en Great Orme fueron una pareja de animales que el Sha de Persia Mohammad Shah Qajar regaló a la reina Victoria del Reino Unido poco después de su coronación en 1837.
La pareja original y sus primeros descendientes fueron liberados en esta zona del norte de Conway y durante decenios han vivido asilvestrados sin grandes problemas.
Hace unas décadas, no obstante, las autoridades decidieron poner en práctica métodos anticonceptivos para evitar que la creciente población de cabras acabara con la escasa vegetación de la zona.
Por lo general, las cabras tiran al monte y en este caso solo se acercan a zonas urbanas en contadas ocasiones.
Ahora, con el confinamiento de la población humana por causa de la Covid-19, una parte del rebaño de cabras de Great Orme se pasea día y noche por el centro urbano de la vecina ciudad de Llandudno, como han podido documentar varios de los vecinos, con vídeos y fotografías distribuidas en redes sociales en internet.
Sin ruido, ni coches circulando, las cabras buscan estos días comida en los jardines públicos y privados.
Representantes del Consejo de Conwy han indicado que tienen previsto hacer nada para ahuyentar a las cabras, aunque se coman las plantas de jardines y plazas.
Lilah Mason, una de las vecinas consultadas por los medios de comunicación locales ha reconocido que la mayor parte de la población aprecia a estos animales y disfruta con su presencia. Al fin y al cabo, estos días tampoco tienen muchas cosas con las que pasar el tiempo de confinamiento.
Con información de La Vanguardia