La visita del papa Francisco a Portugal se limitará al santuario de Fátima
Agencias
El papa Francisco va a limitar a Fátima su viaje a Portugal programado para mayo de 2017, cuando se cumple el centenario de las apariciones de la Virgen, y no visitará otras localidades lusas.
En declaraciones a «Ecclesia» -la agencia de la Conferencia Episcopal Portuguesa-, el cardenal-patriarca de Lisboa, Manuel Clemente, aseguró hoy que el papa le comunicó que sólo visitará el santuario de Fátima.
«Claro que al papa le gusta Portugal como le gustan todos los pueblos del mundo, pero él quiere ir a Fátima, sólo a Fátima», afirmó Clemente.
El pontífice ni siquiera pasará por Lisboa, ya que el viaje va a ser planeado utilizando la base aérea de Monte Real, situada en el distrito de Leiria, desde donde se trasladará directamente a Fátima.
Si se confirma este plan, el papa Francisco repetirá la ruta que hizo Pablo VI durante su visita a Portugal en mayo de 1967 para celebrar los 50 años de las apariciones, cuando aterrizó en la misma base aérea.
La estancia del papa en suelo luso deberá ser los días 12 y 13 de mayo de 2017, la fecha en la que se celebra el centenario de las apariciones.
Francisco será el cuarto pontífice que visite Portugal, después de Pablo VI (1967), Juan Pablo II (1982, 1991 y 2000) y Benedicto XVI (2010).
El culto a Fátima, situado a unos 130 kilómetros de Lisboa, tiene su origen entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917, periodo durante el cual tres niños portugueses -Lúcia, Jacinta y Francisco- aseguraron que habían sido testigos de varias apariciones de la Virgen de Fátima.
Los tres menores explicaron que la Virgen les hizo varias revelaciones -conocidas como los tres secretos de Fátima- en estos encuentros, la primera sobre la muerte prematura de dos de ellos y la segunda sobre el final de la Primera Guerra Mundial, el inicio de la Segunda y el fin del comunismo.
Finalmente, el tercer secreto fue revelado en 2000 y en él se predecía el asesinato de un «obispo vestido de blanco» mientras atravesaba una gran ciudad, en lo que la Iglesia considera una profecía del atentado sufrido por Juan Pablo II en 1981, cuando fue tiroteado por el terrorista turco Ali Agca. EFE