La vicecónsul de EE.UU. en Río de Janeiro fue tiroteada en intento de asalto
EFE
La vicecónsul de Estados Unidos en Río de Janeiro, Stephanie Masland Bohlen, sufrió una herida de bala en un pie al ser tiroteada en un intento de asalto cuando se dirigía al balneario de Angra dos Reis, en el litoral sur de este estado brasileño, informaron este viernes fuentes oficiales.
El hecho ocurrió en la noche del jueves en un trecho de la carretera federal BR-101, entre las ciudades de Río de Janeiro y Angra dos Reis, cuando la diplomática se desplazaba en un vehículo en compañía de su marido, según un comunicado de la Policía Civil.
De acuerdo con la denuncia hecha ante la comisaría de Angra dos Reis, la pareja estaba detenida en la carretera cerca de la ciudad de Río Branco cuando un hombre al que consideraron sospechoso se acercó al vehículo.
El marido de la vicecónsul, Jace Joseph Salas, decidió poner en marcha el automóvil en un intento de evitar un posible asalto, pero en ese momento el atacante hizo algunos disparos contra el vehículo, uno de los cuales atravesó la carrocería y alcanzó a la diplomática.
La vicecónsul sufrió una herida de bala en un dedo de un pié que fue inicialmente tratada en un centro de salud de Angra dos Reis pero tendrá que ser sometida a una cirugía, programada para este mismo viernes en una clínica en Río de Janeiro.
«El caso fue registrado inicialmente por la Policía de Carreteras como intento de latrocinio (robo seguido de muerte) pero las investigaciones aún están en marcha», afirmó la Policía Civil en un comunicado en el que dijo haber enviado agentes al lugar del crimen «para recoger pruebas, confirmar la denuncia e intentar identificar al autor».
En agosto pasado, la turista inglesa Eloise Dixon, de 46 años, fue tiroteada e igualmente sufrió una herida sin gravedad, cuando el vehículo en que estaba con su marido y sus tres hijos ingresó por equivocación en una favela de Angra dos Reis.
Este balneario en la llamada Costa Verde, ubicado a 155 kilómetros de Río de Janeiro, también ha sentido los efectos de la inusitada ola de violencia que sufre la ciudad más emblemática de Brasil desde que organizó los Juegos Olímpicos de 2016.
La crisis de seguridad en la región obligó al presidente brasileño, Michel Temer, a enviar 10.000 militares para reforzar la seguridad en Río con la perspectiva de que permanezcan en este estado hasta finales de 2018.
En lo que va de año, según organizaciones civiles, en todo el estado de Río de Janeiro se han registrado unas 4.000 muertes en actos de violencia, incluyendo las de 120 policías.
La crisis de seguridad se desató en medio de los serios problemas económicos que obligaron a las autoridades regionales a declarar el estado de calamidad financiera (quiebra) poco antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos.