La venezolana Carla Forte, directora de «Conejo», hace cine «por necesidad» - 800Noticias
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EFE

La venezolana Carla Forte, directora de «Conejo», un filme rodado en Cuba en nueve días con el que compite por el premio iberoamericano HBO en el Miami International Film Festival, hace cine «por necesidad», según dice a Efe.

Protagonizado por los también venezolanos Malena González («La distancia más larga» y «Muerte en Berruecos»), que es también la productora ejecutiva, y Francisco Denis («Narcos» y «El Libertador»), «Conejo» abrió a fines de febrero la más reciente edición del festival Big Muddy de Illinois.

Sin embargo, su verdadero debut internacional va a ser el 8 de marzo en el festival miamense, que este viernes se inaugura con la proyección de «The Burnt Orange Heresy», de Guiseppe Capotondi.

El filme de Forte es uno de los más de veinte que compiten por el premio HBO al largometraje iberoamericano, dotado de 10.000 dólares, entre los que se incluye el ganador de la Concha de Oro del festival de San Sebastián 2019, el brasileño «Pacificado», de Paxton Winter.

«Con estar aquí ya estamos ganando», dicen Forte y González, un tándem que se ha repetido en «Histeria», un filme con un plano secuencia real de 1 hora y 20 minutos, rodado en un bosque cerca de Ocala, en el centro de Florida, y aún en posproducción.

«Conejo» es una película intimista y experimental como le gustan a Forte, quien tiene una «visión teatral» del cine, pues llegó a este arte desde el teatro y la danza, al igual que González.

Alejado del cine que retrata la crisis y los problemas sociales de Venezuela, «Conejo» cuenta la historia de un director teatral (Denis) y una actriz (González) que ensayan aislados del mundo un drama titulado «Conejo» en la que ella debe interpretar a uno de esos animales, lo que tiene un gran simbolismo, apunta Forte, porque se utilizan para experimentos científicos.

También estuvieron aislados los actores del filme y el equipo técnico -en total 8 personas- durante los 10 o 12 días del «proceso creativo» previo a la filmación, que duró solo nueve días.

Sin guion, con tan solo una escaleta que describía las escenas, entre todos dieron a luz a «Conejo», segundo largometraje dirigido por Forte, que antes realizó «Anne» y el documental «The Holders».

Como actriz, González considera un «regalo» la manera de trabajar de la directora venezolana asentada en EE.UU. hace once años.

En Cuba al encierro que tanto le gusta a Forte para crear su peculiar cine se sumó el hecho de que no tenían acceso fácil a internet.

Solo podían conectarse con los celulares cuando tenían media hora libre desde las plazas públicas y eso es bueno para interpretar «personajes contundentes» como los de «Conejo», dice González.

Forte explica que ella siempre trabaja mejor fuera del lugar donde vive, porque se concentra más en su trabajo, hay menos interferencias y «cortas con otras responsabilidades».

Intercambio de roles

En «Conejo» la creación del personaje y la vida cotidiana de las dos personas que participan en el proceso se entremezclan en el filme, que muestra cómo en ocasiones los roles de los personajes del director y la actriz cambian y el primero pasa de ser el «opresor» al «oprimido» y la segunda de la «oprimida a la opresora».

«Nos hicimos la pregunta de en qué momento se cambian los papeles. Nadie es tan bueno ni tan malo siempre», agrega la actriz, que ha trabajado en varias series televisivas en España.

Forte eligió Cuba para filmar porque era más barato que Venezuela en ese momento y porque parte de su equipo vive y trabaja allí, pero en la película no hay referencias a un país o a una ciudad. El dónde está librado a la imaginación del espectador.

Sobre su forma de trabajar, la realizadora dice que «es importante en un proceso creativo el acercamiento humano. Es un proceso que debe ser para vivirlo, jugarlo y disfrutarlo».

«Es importante crear familia y poder decir: ‘hablémoslo o discúlpame si dije algo …», agrega Forte, quien rodó «Anne» en solo cinco días y todos sus filmes los ha hecho con concesiones y donaciones de entidades culturales como la Knight Foundation.

Esta directora, a la que no le gusta cortar y hacer repetir las escenas muchas veces, defiende «una manera real» de hacer cine, una actividad que para ella es «una necesidad».

Directora y actriz esperan llevar la película en un par de meses a Venezuela y presentarla especialmente a jóvenes directores para mostrar cómo se pueden hacer cintas con poco presupuesto.

Forte siempre tuvo claro que «no quería hacer películas para deberle dinero a nadie» y por eso adapta sus historias a la plata con la que cuenta.

Ambas coinciden en que hay «muchos estafadores haciendo cine» y Forte subraya que si un productor de Hollywood se interesara por su trabajo y quisiera invertir en una de sus películas, no cambiaría su sello, pero sí le pagaría «muchisísimo» mejor a técnicos y actores. EFE

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