La UE respalda abrir negociaciones para un acuerdo de comercio con EE.UU.
EFE
Los países de la Unión Europea (UE) respaldaron la apertura de conversaciones con Estados Unidos para lograr un acuerdo de comercio centrado en la eliminación de los aranceles a los productos industriales, un pacto de un alcance mucho menor que el TTIP, abandonado tras la llegada de Donald Trump.
Los ministros de Agricultura de los Veintiocho, reunidos en un Consejo en Luxemburgo, dieron su respaldo al mandato de negociaciones propuesto por la Comisión Europea (CE) el pasado enero para abrir unas negociaciones que incluirán al sector del automóvil pero no la agricultura.
Fuentes europeas dijeron a Efe que Francia votó en contra de la apertura de las negociaciones, pero se trata de una decisión que se toma por mayoría cualificada, esto es, con el apoyo de 16 de los 28 Estados de la UE que representen al menos al 65 % de la población.
A su llegada a la reunión, el ministro español de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, señaló que España es partidaria de que los productos agrícolas estén «totalmente excluidos de la negociación» y que deben respetarse «los compromisos de (el acuerdo de) París», uno de los aspectos por los que Francia era reticente a la apertura de las conversaciones.
El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció en junio de 2017 que Estados Unidos se retiraría del acuerdo de París sobre el cambio climático aprobado por 195 países en diciembre de 2015, y el presidente francés, Emmanuel Macron, se opone a aceptar acuerdos con potencias que no respeten este pacto.
Planas añadió que para España es relevante que «no se produzcan aplicaciones extraterritoriales de las normas nacionales por parte de EE.UU.».
Este punto, junto a la exclusión de la agricultura y el respeto al medioambiente, son elementos «importantes desde el punto de vista de la confianza y para poder desarrollar este mandato de acuerdo en las negociaciones posteriores con EE.UU.», concluyó Planas.
El nuevo mandato llega tras un tenso 2018 para las relaciones transatlánticas, un año en el que Trump impuso aranceles al acero y aluminio europeos, materializando así la agenda proteccionista que fue una de sus grandes promesas electorales.