La UE estudia aumentar la presión sobre Bielorrusia con más sanciones
EFE
Los ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE) debatieron este jueves la necesidad de redoblar la presión sobre Bielorrusia con más sanciones, para que Minsk desista de reprimir con violencia a opositores y manifestantes pacíficos.
El asunto encabezó la agenda del encuentro informal de ministros de Exteriores que acoge este jueves y viernes Berlín, en el que también se analizan las relaciones con Turquía -por las tensiones con Grecia en el Mediterráneo Oriental- y con Rusia -a raíz del envenenamiento del opositor Alexei Navalni-. Pero no parece que estos desencuentros puedan derivar en sanciones.
El alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, explicó al llegar a la reunión que los ministros van a analizar el «nivel de sanciones» en el caso bielorruso, así como quiénes van a ser sancionados. El debate se centra, entre otras cuestiones, en si entre los objetivos debe encontrarse el propio presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko.
Hasta el momento se han planteado a nivel comunitario sanciones individuales contra entre 15 o 20 altos cargos, a los que se considera involucrados tanto en el fraude electoral como en la respuesta violenta contra los manifestantes pacíficos.
En este sentido ahondó el ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas, que actúa como anfitrión por ejercer su país este semestre la Presidencia rotatoria del Consejo europeo. Indicó que la UE está «comprobando en los últimos días» que Lukashenko ha incrementado la represión contra los opositores y los manifestantes pacíficos a pesar de las sanciones europeas.
Los ministros, agregó, van a debatir por tanto cómo «elevar la presión» sobre el Gobierno bielorruso y si las sanciones actuales «son suficientes» para alcanzar el objetivo de la UE, que es que Lukashenko inicie un diálogo con la sociedad civil.
Los ministros de los países del este de Europa, con los bálticos a la cabeza, se mostraron más vehementes a la hora de argumentar la necesidad de incrementar la presión sobre Minsk.
La ministra española de Exteriores, Arancha González Laya, destacó por su parte, en unas breves declaraciones, las «altas expectativas» que está levantando en la UE el movimiento pacífico en Bielorrusia, por la posibilidad de «progresos» en «democracia y derechos humanos».
LAS TENSIONES EN EL MEDITERRÁNEO ORIENTAL
Otro asunto clave del encuentro, apuntó Borrell, son las «tensiones en el Mediterráneo Oriental», en relación a la escalada de gestos hostiles entre Grecia y Turquía en aguas internacionales a raíz de unas prospecciones de hidrocarburos -de discutida base legal- de Ankara.
Maas -que ha ejercido de mediador y viajado a Atenas y Ankara- dijo que los 27 están «muy preocupados» por los desencuentros y «provocaciones» en la región.
Abogó de nuevo por una «solución diplomática», una vez que se den los «requisitos previos» para que ambas partes se sienten a hablar «directamente» y evitar, a toda costa, que las discrepancias degeneren en una «confrontación militar».
«Ambas partes dicen que necesitamos una solución diplomática, que nadie quiere resolver la cuestión con barcos de guerra», aseguró el ministro alemán.
Maas se mostró favorable a un aumento de la presión sobre el Gobierno turco, pero sin contemplar sanciones. El ministro alemán advirtió a Ankara de que si no se encuentra pronto una solución, el diálogo del bloque con Turquía sería «muy problemático».
Algunos países, con Austria a la cabeza, consideran que la UE debe solidarizarse claramente con Grecia y mostrarse contundente con Turquía. Apuntan, incluso, que habría que dejar de denominarlo país candidato a ingresar en la UE.
Otros como Alemania, preocupados con cuestiones como el pacto migratorio que cerró la ruta de los Balcanes a los refugiados sirios, prefieren el diálogo con el Gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan.
LA RELACIÓN CON RUSIA TRAS NAVALNI
Los ministros europeos también evaluaron las relaciones de la UE con Rusia a la luz del envenenamiento del líder opositor ruso, Alexei Navalni, en coma y con respiración asistida en Berlín desde este sábado.
«Esperamos que Rusia contribuya a la investigación para acabar con creencias y especulaciones», afirmó Maas, que dijo -sin entrar en advertencias hacia el Gobierno ruso- que si Moscú no colabora «las relaciones no irán a mejor, empeorarán».
En la agenda de la reunión, que se prolonga hasta mañana, se encuentran también otros asuntos, como la inestabilidad en Mali, tras el reciente golpe de estado, o la situación en Oriente Medio a raíz de la normalización de las relaciones diplomáticas entre Israel y Emiratos Árabes Unidos.
«Lo que necesitamos es un debate sobre geopolítica y el paisaje geopolítico post-COVID-19», apuntó González Laya.