La triste realidad de los museos de Caracas
El Nacional
A Henry Pérez le gusta ir a los museos de Caracas. Siente que aprende, dice. Después de casi un año quiso hacer un recorrido por algunas de las salas de la capital, pero su experiencia, cuenta, fue un “tortazo en la cara”.
Fue al Museo de Arte Contemporáneo y estaba cerrado, en la Galería de Arte Nacional se encontró apenas con una pequeña sala abierta con cuatro piezas y en el Museo de Bellas Artes el aire acondicionado está fallando y no hay baño para los visitantes.
“Estoy disfrutando mucho la muestra de Claudio Perna. Lo conocí. Fue profesor mío y por casualidad entré”, dice el geógrafo mientras mira la exposición de 32 fotografías de uno de los principales exponentes del arte conceptual en Venezuela, instalada antes de que comenzara la pandemia.
Solo 3 salas de 18 están abiertas en el Museo de Bellas Artes, el museo de artes plásticas más antiguo del país. Las paredes están manchadas, hay filtraciones entre los pasillos y en el patio central falta mantenimiento. Tampoco está abierta el área de la Cinemateca Nacional, donde también es visible el deterioro: paredes derruidas, filtraciones, humedad. De acuerdo con la Fundación Museos Nacionales, los espacios abrirán de manera progresiva y por cada visita guiada podrán entrar un máximo de 10 personas.
Una trabajadora reconoce que el aire acondicionado suele fallar y que es notable el deterioro de la estructura, sin embargo reivindica el esfuerzo de los empleados (826 en total) de la fundación para seguir mostrándole las obras al público. El sueldo mínimo que perciben no llega a un dólar de la tasa del Banco Central de Venezuela. Se ayudan con los bonos que otorga el chavismo.
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