La tecnología clona el cuadro Los desposorios de la Virgen, de Rafael
EFE
Uno de los cuadros más famosos del Rafael, Los desposorios de la Virgen, ha sido «clonado» al detalle en Italia, incluso en la pincelada, con tecnología tridimensional para devolver su copia a la iglesia para la que fue creado, en el pueblo de Città di Castello (centro).
La tabla, ejemplo de perspectiva en la pintura renacentista, fue realizada por el maestro en 1504, con 21 años de edad, para un altar de la iglesia de San Francisco de dicha localidad umbra, si bien fue sacada de ese lugar en 1789 por las tropas napoleónicas.
Estas después se la vendieron al coleccionista milanés Giacomo Sannazzari, pero finalmente la obra acabó en la Pinacoteca de Brera en Milán, donde se conserva hoy en día.
Sin embargo para colmar esta ausencia de 222 años en Città di Castello la tecnología se propuso «clonar» la tabla. Y lo ha logrado, coincidiendo además con el quinto centenario de la muerte del genio de Urbino.
Para ello se han utilizado técnicas sofisticadas e impresiones tridimensionales que han permitido representar «fielmente» la tabla original en el más mínimo detalle, incluso en la propia pincelada, las grietas que la recorren y todas sus imperfecciones.
La compañía Haltadefinizione ha estado a cargo de las labores y logró reproducir la tabla en formato gigapixel 3D, que permite obtener ejemplares digitales de elevada resolución mediante la toma de muchas fotografías, 4.250 fotogramas en este caso.
De este modo se consiguen imágenes al detalle compuestas por millones de píxeles. La elaboración de la copia de Los desposorios de la Virgen ha llevado quince días y se ha generado un único archivo TIF de 1,13 terabytes.
Pero además de reproducir visualmente la tabla, esta tecnología también ha copiado su materialidad creando una suerte de calco tridimensional de su superficie.
Así la obra cuenta ya con un «auténtico clon visualmente idéntico al original», explica la compañía en un comunicado.
La copia ha sido realizada por las compañías tecnológicas Franco Cosimo Panini Editore y Haltadefinizione y fue donada el 23 de diciembre al pueblo para que el Rafael Sanzio pintó la obra, volviendo de este modo a su emplazamiento original.
El alcalde de Città di Castello, Luciano Bacchetta, agradeció este regalo en un año tan complicado, marcado por la pandemia, y celebró el regreso de esta reproducción «orgullo» del municipio y obra culmen del Renacimiento italiano.