La Tattoo Week desata la fiebre por los tatuajes en Río de Janeiro
EFE
Tatuarse en un ambiente «alternativo» preparado para pasar el día incluso con la familia, hacerse ‘piercings’, escuchar música, comprar ropa o comer, son algunas de las opciones de la Tattoo Week de Río de Janeiro, una feria que muestra las últimas tendencias de este mercado.
La V edición de la Semana de los Tatuajes, la mayor convocatoria de su género en Río de Janeiro, reúne a más de unos mil profesionales del sector que este fin de semana pondrán a prueba su capacidad con las agujas.
Entre los estands, curiosos y amantes de los tatuajes se mezclan y prestan atención a aquellos que sufren mientras la tinta comienza a cubrir partes de su cuerpo.
Revistas con las últimas tendencias, una camilla y una aguja son suficientes para atreverse con un primer tatuaje o sumar alguno más a la colección.
«Antiguamente, la gente se hacía tatuajes con un significado y ahora tenemos muchas personas que lo hacen solo por la estética», comenta Michel, que trabaja en lo que él mismo llama una «estación de tatuajes».
Para Michel, «ya se rompió esa creencia de que el tatuaje era marginalizado» y «hoy es una cultura, un arte, un estilo de vida».
En cuanto al negocio, asegura que con esta reunión sienten «el mercado» y «las necesidades que está teniendo este universo del tatuaje».
Edson, un tatuador de 42 años, cree que el evento también sirve para «hacer buenos amigos».
«Los clientes adoran los tatuajes, vienen, disfrutan del evento y de los tatuajes que hacen los artistas del evento. A la gente le gusta lo oriental y lo antiguo, lo ‘old school'», define Edson.
Según los organizadores, más de 80.000 personas acudirán a la cita, que cuenta con unos 200.000 seguidores en las redes sociales.
La convocatoria impulsa el intercambio de arte y cultura entre artistas de distintos países y, después de cuatro años, ha logrado atraer a profesionales de todo el mundo, desde Estados Unidos a España, Suiza o Portugal, pasando por Japón y por varios países latinoamericanos, como Uruguay, Argentina, Chile, Perú y México.
La reunión está destinada también a las familias y a los más pequeños, y cuenta con tiendas especializadas en artículos infantiles y espacios para actividades recreativas, un buen sistema para acercar a los niños al universo «tattoo» y convertirlos en futuros clientes.
«Queremos reforzar el ambiente familiar, que es una marca de la organización», explica a Efe Esther Gawendo, una de las organizadoras del evento.
El programa incluye reconocimientos a algunos de los más importantes artistas del tatuaje de Brasil, como Boris, Caio o Russo, y exposiciones de sus trabajos, además de exhibiciones.
Asimismo, durante el sábado se disputará el concurso ‘Miss Tattoo’, que según la organización «tiene como objetivo valorar la mujer, rompiendo los paradigmas sobre los patrones de belleza y resaltar las expresiones estéticas».
Nicoly tiene 21 años, comenzó a tatuarse hace cuatro y participará en ese certamen. No sabe cuántos tatuajes se ha hecho en este tiempo, pero calcula que alrededor del 60 % de su cuerpo está marcado por las agujas.
Explica que le gusta la feria porque «hay mucha gente alternativa, cada uno siendo él mismo y sin preocuparse (por) lo que otros van a pensar».
Detrás de Nicoly charlan otras concursantes de la competición en la barra de un bar, donde Bruno, camarero del mismo dice que, «entre tatuaje y tatuaje, la gente puede venir a tomar una cerveza y contarnos sus sentimientos».
«Es un lugar perfecto para pasar el día entero con la familia. Tienes música, comida, bebida, tiendas y los mejores tatuadores del país».