Agencias
La reina Isabel II dio este jueves 23 de enero su asentimiento real para que el Reino Unido abandone la Unión Europea a final de mes, al aprobar la ley elaborada por el gobierno de Boris Johnson que regula los términos del Brexit.
«Su majestad la reina ha dado su asentimiento real» al texto que regula los términos del divorcio con la UE, anunció en Twitter el ministro del Brexit, Steve Barclay. «Esto permite al Reino Unido salir de la UE el 31 de enero», agregó.
El Parlamento británico habían aprobado definitivamente la víspera el proyecto de ley, abriendo las puertas a la histórica salida británica del bloque europeo.
La aprobación de la legislación por la monarca es uno de los últimos pasos antes de que el Reino Unido se convierta en el primer país en abandonarlo, tras más de tres años de arduas negociaciones, acalorados debates y un bloqueo político que dejó al país profundamente dividido.
Faltan ahora la firma del Tratado de Retirada por Johnson y los presidentes de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el Consejo Europeo, Charles Michel, y que el Parlamento Europeo ratifique el acuerdo en una sesión prevista el próximo miércoles.
Carismático y controvertido, Johnson ha triunfado donde su predecesora Theresa May fracasó, gracias a la aplastante mayoría que logró en las legislativas anticipadas de diciembre, con la que ahora puede hacer aprobar lo que se le antoje.
Rebelión de los Lores, aplastada
Decidido por 52% de votos en el referéndum en 2016, cuyo resultado conmocionó dentro y fuera del país, el Brexit estaba inicialmente previsto para el 29 de marzo de 2019.
Pero la pugna en el Parlamento entre partidarios y detractores del Brexit, situados tanto a la izquierda como a la derecha del espectro político, llevó a un bloqueo que obligó a posponer la fecha tres veces.
Hasta que Johnson logró la más importante mayoría que hayan tenido los conservadores desde los años 1980.
En un conato de rebelión, los Lores, miembros vitalicios no electos de la cámara alta, habían adoptado esta semana cinco enmiendas al proyecto de ley, en cuestiones como el derecho de los ciudadanos europeos, los niños refugiados y el consentimiento de naciones semiautónomas como Escocia o Gales.
Pero todas ellas fueron tumbadas por la mayoría de Johnson en la cámara baja, obligando a los miembros de la cámara alta a dar su brazo a torcer.
La promulgación del texto, que traduce a la legislación británica el acuerdo de divorcio de 535 páginas alcanzado en octubre con Bruselas, marca una gran victoria para el líder conservador, que llegó al poder en julio presentándose como el salvador de Brexit.
«Espíritu amistoso»
El acuerdo de Brexit resuelve los términos del divorcio, incluye la garantía de los derechos de los ciudadanos británicos en la UE y los europeos en el Reino Unido y resuelve el rompecabezas sobre cómo mantener abierta la frontera terrestre en la isla de Irlansa.
Garantiza además una ruptura sin problemas al prever un período de transición hasta finales de 2020, durante el cual el Reino Unido y la UE negociarán su futura relación, principalmente en materia comercial.
Londres quiere concluir esas negociaciones en un tiempo récord, antes de finales de año, y descarta cualquier extensión del periodo de transición, en el que los británicos seguirán aplicando las normas europeas sin participar en las decisiones.
Pero Bruselas considera que el calendario es demasiado ajustado.
Johnson ha dicho que quiere un acuerdo de libre comercio al estilo del que Canadá tiene con la UE, sin alinearse con las reglas europeas.
«Nos acercamos a la siguiente etapa de este proceso con un espíritu amistoso y no vemos ninguna razón por la que no podamos conseguir un acuerdo global con la UE que funcione para ambas partes a finales de 2020», dijo su portavoz el jueves.
Al mismo tiempo, Londres espera negociar tratados de libre comercio con terceros países y particularmente con Estados Unidos, quien espera alcanzar un acuerdo este mismo año, según afirmó el jueves en Davos el secretario del Tesoro estadounidense Steven Mnuchin.
Información de AFP