La razón del enfado entre Meghan Markle y Kate Middleton
EFE
Ahora que se cumple un año del compromiso de Meghan Markle y el príncipe Enrique de Inglaterra van saliendo a la luz más detalles sobre el carácter de la duquesa, que ya lleva seis meses de matrimonio. Desde su llegada a palacio, una de las cuestiones que mayor interés ha suscitado es cómo sería la relación con su cuñada, Kate Middleton, la esposa de Guillermo de Inglaterra. Y, aunque los primeros meses cuando se las vio juntas parecía cordial, ahora ese buen ambiente parece haberse enfriado, y ya se conocen los motivos.
Según Tominey, que maneja dos fuentes diferentes, todo empezó con las pruebas del vestido de los pajes, entre los que se encontraba la princesa Carlota, segunda hija de Kate Middleton y Guillermo. The Telegraph no aclara qué dijo Markle o qué molestó a Middleton, pero sí que esta última acabó llorando tras las pruebas de la niña. «Kate acababa de dar a luz al príncipe Luis y se encontraba muy sensible», asegura el diario. Lo que se desconoce es si ese encontronazo ha tenido continuidad desde entonces y si ha tenido consecuencias.
La polémica de la mudanza a Windsor y de la mala relación entre las duquesas se suma a las últimas noticias publicadas por los medios británicos sobre Markle, que parecen intentar acabar con la imagen de perfección y simpatía que se ha tenido de ella a lo largo de este último año. Así, aseguran que su comportamiento profesional ha pillado a traspiés a los ayudantes de palacio, que la acusan de madrugar mucho y de tener «muchísimas ideas» y toda la «energía de la Costa Oeste», además de escribir sus propios discursos.
Todo ello llega tras la primera crisis de la duquesa de Sussex en la corte, por la que los medios afirman que la salida de una de sus asistentes, que apenas llevaba seis meses trabajando para ella, ha decidido renunciar a su puesto. Aunque la asistente, llamada Melissa, alegó razones personales, el problema habría estado en la organización de la boda de la pareja, que supuso mucho estrés para ambos, y donde la duquesa, al parecer, habría tenido comportamientos despóticos y habría sacado a relucir cierto mal carácter. Incluso aseguran que la boda le habría pasado factura al propio príncipe, que se «volvió petulante y dio muestras de mal genio» con el personal. «Alzó la voz en más de una ocasión e insistía diciendo: ‘Lo que Meghan quiera, que lo tenga».