La rara ejecución de un príncipe saudita en su país - 800Noticias
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Con información de El Nacional

Ser integrante de una de las ramas más importantes de la familia real no le salvó la vida al príncipe Turki bin Saud al-Kabi.

La agencia de noticias oficial saudita confirmó que fue ejecutado en Riad, la capital, aunque no se dieron detalles acerca del método utilizado.

Pese a ser uno de los países más herméticos del mundo, se sabe que la pena de muerte más común es la decapitación por espada en una plaza pública de acuerdo con la aplicación radical de la ley islámica (sharia).

OJO POR OJO

No se informó sobre la edad de Turki bin Saud al-Kabi, ni se dieron mayores datos sobre su biografía.

Sin embargo, el ministro del interior sí reveló la razón de la condena.

Protesta en la que se ve a dos mujeres vestidas con una burka y sobre ellas penden dos espadas hechas de cartón.

El príncipe fue sentenciado a morir por haber asesinado a un hombre a tiros durante una pelea masiva en 2013 a las afueras de Riad.

La ejecución fue confirmada por el Tribunal de Apelaciones y el Tribunal Supremo e incluso un decreto real fue emitido autorizando la pena capital.

«El rey siempre ha dicho que no hay diferencia ante la ley entre los príncipes y los demás. Esta es una manifestación de este hecho», señaló al New York Times el príncipe Faisal bin Farhan al-Saud, también integrante de la familia real.

Arabia Saudita, país de extremos. El estado árabe combina el alto nivel de vida que permiten los ingresos petroleros con la radical aplicación de la ley islámica

En una de las últimas monarquías absolutistas del mundo, la condena a muerte de un miembro de la realeza resulta excepcional, aunque no es primera vez que sucede.

En 1975 Faisal bin Musaid al Saud fue ejecutado por el asesinato de su tío, el Rey Faisal.

«DINERO DE SANGRE»

Se calcula que la familia real saudita tiene miles de miembros que llevan una vida privilegiada frente a los 20 millones de habitantes del país.

Faisal bin Farhan al-Saud detalló al New York Times que el príncipe ejecutadopertenecía a una de las ramas más prominentes de la realeza y que era descendiente directo del Rey Abdulaziz, quien fundó el estado en 1932.

Sin embargo, ni la genealogía ni el dinero le salvaron la vida a Turki bin Saud al-Kabi.

Los familiares de su víctima rechazaron las ofertas de «dinero de sangre» para retirar la demanda de ejecución.

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