La OPEP ve subir el consumo de crudo un 16% hasta 2045
EFE | Foto referencial
La OPEP pronosticó este lunes que el consumo mundial de petróleo subirá a mediano plazo un 10% y un 16% a largo plazo, al estimarlo en 110 y 116 millones de barriles diarios (mbd) hacia 2028 y 2045, respectivamente.
Ese es el «escenario principal» que dibuja la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) al actualizar en un documento emitido hoy las estimaciones sobre la evolución del sector energético en los próximos 22 años.
Las cifras del informe anual «Perspectivas del Mercado Mundial de Petróleo 2023» (WOO 2023) presentado en Riad por el secretario general de la organización, el kuwaití Haitham Al Ghais, son más altas que las calculadas hace un año.
En cuanto a la demanda «primaria», se pronostica que totalizaría los 106 millones de barriles equivalentes de petróleo por día (mbep/d) en 2045, 16 mbep/d más que en 2022.
Sea como sea, la OPEP cuenta con que el crudo seguirá siendo el combustible con mayor participación «en la combinación energética» a nivel mundial, aunque su cuota se reducirá del 31,2 % en 2022 al 29,5% en 2045.
El único combustible fósil que se habrá reducido hacia mitad de siglo es el carbón, señala el documento.
Es sobre todo debido a esa disminución que la proporción de combustibles fósiles en el «mix» energético del mundo caerá de más del 80% en 2022 a cerca del 69% en 2045, indican los expertos de la OPEP.
Incluso después de 2045 es probable que el consumo de «oro negro» del planeta siga aumentando de forma sostenida, aunque la OPEP admite que todos estos cálculos están sujetos a múltiples factores de incertidumbre, como la evolución de la economía mundial y el avance de medidas contra el cambio climático.
La visión de la organización integrada por 13 países contrasta con la de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), representante de las principales naciones industrializadas, de un mundo en el que los combustibles fósiles comienzan a despedirse antes de 2030.
En cambio, la OPEP apuesta por una transición energética mucho más lenta, en la que el crudo sería sustituido lentamente por los biocombustibles, el gas natural y diversas formas de generación de electricidad.
Es por eso que prevé una ralentización del crecimiento de la demanda petrolera a partir de 2030.
«La creciente penetración de los vehículos eléctricos en el sector del transporte por carretera» y «las mejoras de la eficiencia en todos los sectores de consumo de petróleo», frenarán el aumento del consumo de «oro negro», concluye el informe de la OPEP.
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