La OMS estalla contra la afición del Nápoles: «Es una locura»
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Nápoles ha sido una fiesta. La capital de la Campania celebró durante toda la noche la conquista de la Copa de Italia, la sexta de su historia, una victoria por penalties (4-2) frente al eterno rival la Juventus en el estadio olímpico de Rioma. Los napolitanos redescubrieron las ganas de divertirse después del confinamiento por el coronavirus. Hasta el alba se escucharon coros, fuegos artificiales; los coches con el ruido de sus claxon llenaron las calles y paralizaron el tráfico en algunos barrios, y la gente se bañó en la monumental fuente del Carciofo (la alcachofa), meta predilecta de los tifosi napolitanos tras una victoria.
El sentimiento general que expresaban los napolitanos era de que en la noche del Olímpico de Roma, el equipo entrenado por Gennaro Gattuso, un centrocampuista internacional con exitosa carrera en el Milan, ganó para Nápoles algo más que la copa de Italia: “Vencer a la Juve supone una redención social”, expresaban algunos napolitanos a las televisiones. Fue además como un mensaje y una inyección de esperanza para repartir después del confinamiento por el coronavirus. Pero, con la alegría que desencadenó la victoria, todos se olvidaron de las mascarillas. Nadie la llevaba. Se creó así un gran problema sanitario, porque todos se saltaron las reglas de seguridad contra el coronavirus.
Una locura, según la OMS
Esas imágenes, transmitidas en todos los medios, han causado sensación: Se comprende la alegría napolitana, pero se critica el desbordamiento. El director adjunto de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Ranieri Guerra, calificó a los tifosi de “enloquecidos”: «En este momento no nos lo podemos permitir; afortunadamente sucedió en Nápoles, donde el presidente de la región y el alcalde han dispuesto durante la emergencia de la Covid-19 medidas estrictas y la incidencia del virus es menor que en otros lugares», dijo Ranieri Guerra.
Según el director adjunto de la OMS fue “doloroso ver esas imágenes”: “Recuerdo –añadió- la importancia del partido del Atalanta-Valencia al comienzo de la epidemia en Lombardía para la difusión de las infecciones. No quisiera que se repitiera justo ahora cuando el Comité científico técnico que asesora al gobierno ha tratado de aceptar las propuestas de la Federación Italiana de fútbol, para no limitar totalmente los partidos de fútbol como la ciencia y la conciencia médica hubiera sugerido”.
Obviamente, la polémica está en la calle. Por ejemplo, en las redes sociales un padre denuncia: “Desde hace meses mi hijo no puede volver a jugar al fútbol a causa de las reglas del distanciamiento social; para mí me es muy difícil hacérselo comprender después de ver las imágenes de televisión con la fiesta de celebración y los abrazos entre los jugadores y dirigentes”. Pero el alcalde Nápoles, Luigi De Magistris, ha justificado la falta de respeto a las reglas en un tuit al describir esa falta de distanciamiento social como “la victoria del contagio de la felicidad. Somos fuertes incluso en la época del virus. Vencer a la Juve de Sarri (anterior entrenador del Nápoles) es una gran satisfacción», dijo De Magistris.
Duelo en Turín
Si en Nápoles todo fue felicidad y euforia –el presidente De Laurentis, casi 16 años al frente del equipo, dijo: “Ahora a por la Champions”-, en Turín hubo duelo por la derrota. Es la segunda final que pierde con la Vecchia Signora su entrenador Maurizio Sarri. Hasta Ronaldo, con un juego gris, pasó desapercibido. Su hermana, Elma Aveiro, lo ha criticado duramente: “Cómo se puede jugar así? Mi tesoro jugando solo no puede hacer milagros; no pudo hacer más”, dijo Elma en referencia, obviamente, a su hermano en Instagram, palabras compartidas por la madre de Cr7, Dolores. Con ese “clan” en contra Sarri ve peligrar su cargo.
ABC.es