La nube vuelve a impulsar a Microsoft, que gana un 29 % en seis meses
EFE
Azure, el servicio de computación en nube de Microsoft y la apuesta principal de la compañía de cara al futuro, volvió a mostrar este miércoles su buen estado de forma y permitió a la firma de Redmond (estado de Washington, EE.UU.) aumentar un 29 % los beneficios.
Desde hace ya varios años, la empresa que fundaron Bill Gates y Paul Allen en 1975 ha apostado su futuro a la computación en nube, un segmento de mercado en el que prevé mucho potencial de crecimiento y en el que quiere disputar a Amazon el primer puesto.
Según los datos presentados este miércoles, el negocio en la nube ya supone casi un 30 % de toda la facturación de Microsoft, tras haber experimentado un crecimiento del 62 % en términos interanuales, y se ha equiparado en peso dentro de la firma a los otros dos grandes sectores: productividad y procesos de negocio, y computación personal.
En total, la empresa ganó en los primeros seis meses de su presente ejercicio fiscal 22.327 millones de dólares, sustancialmente por encima de los 17.244 millones obtenidos en el mismo período del año fiscal anterior.
En lo que respecta a la facturación, Microsoft ingresó entre julio y diciembre 69.961 millones de dólares, por encima de los 61.555 millones facturados en el primer semestre del año fiscal 2019; y logró rebajar su deuda a largo plazo en más de 3.000 millones de dólares, al pasar de los 66.662 millones que debía a principios del año pasado a los 63.361 millones actuales.
Por su parte, los tenedores de acciones de la firma se embolsaron en los pasados seis meses 2,93 dólares por título, frente a los 2,24 de hace un año.
«Estamos innovando en todas las capas de nuestra cartera tecnológica y somos líderes en áreas clave para el éxito de nuestros clientes. Además de incrementar las oportunidades, trabajamos duro para que nuestras tecnologías sean inclusivas, se ganen la confianza de los usuarios y contribuyan a un mundo más sostenible», indicó durante la presentación de resultados el consejero delegado de la empresa, Satya Nadella.
Nadella se refería así al ambicioso plan climático de la empresa, anunciado a mediados de enero y por el que se comprometió a ser «carbono negativa» en 2030, es decir, a eliminar de la atmósfera más dióxido de carbono del que emite y contribuir así a la lucha contra el cambio climático.
Microsoft ya es una empresa con huella de carbono neutral (compensa sus emisiones con compras de bonos de carbono por la misma cantidad), algo que también se han fijado como objetivo otros gigantes del sector como Google o Amazon, pero la decisión de hoy va un paso más allá.
El objetivo final, según explicó en una entrevista con Efe el presidente de la compañía, Brad Smith, es que entre 2030 y 2050 la empresa no solo no contribuya a que haya más dióxido de carbono a la atmósfera, sino que retire una cantidad equivalente a todo el que ha emitido desde su fundación en 1975.
En cuanto a los resultados trimestrales, en los que más se fijaban los analistas este miércoles en Wall Street, la empresa de Redmond ganó en los últimos tres meses 11.649 millones de dólares, frente a los beneficios de 8.420 millones de hace un año.
Microsoft ingresó entre octubre y diciembre 36.906 millones de dólares, por encima de los 32.427 millones del mismo período del año pasado, y sus accionistas ganaron 1,51 dólares por título frente a las ganancias de 1,08 dólares del segundo trimestre de 2019.
La buena marcha de la empresa animó a los inversores en Wall Street y sus acciones se revalorizaban un 2,95 % hasta 173 dólares por título en las operaciones electrónicas posteriores al cierre del parqué neoyorquino.