La inmigración rejuvenece la España rural con 16% de población extranjera
EFE
Casi el 10 % de los residentes en 2019 en municipios españoles de menos de 10.000 habitantes había nacido en el extranjero, un porcentaje que ronda el 16 % en el grupo de entre 20 y 39 años, lo que implica que la población inmigrante rejuvenece la España rural.
Son datos del estudio «La inmigración dinamiza la España rural» del Observatorio Social de la Fundación «la Caixa», presentado este miércoles, donde se concluye que la población de origen extranjero es esencial para la sostenibilidad y la renovación generacional de la España despoblada.
Con la llegada de población extranjera a los municipios rurales, la composición demográfica de estos lugares está cambiando, ya que los inmigrantes tienen edades que facilitan nuevos nacimientos, llegan con hijos menores o tienen la intención de solicitar la reagrupación familiar.
En este sentido, la investigación detalla que las madres rurales de origen extranjero tienen más descendientes que las nacidas en España (1,5 hijos por mujer frente a 1,2) y que en 2019 uno de cada cinco menores de 13 años de la España rural era hijo de mujer foránea, una proporción que se eleva hasta uno de cada cuatro en los municipios de menos de 1.000 habitantes.
ORIGEN DIVERSO
En el conjunto de España, incluidas las zonas urbanas, el 25 % de los menores de 13 años -que son casi 6 millones de personas- tiene su origen en el extranjero: las cifras más elevadas se dan en las áreas urbanas (26,7 %) y en los municipios de menos de 1.000 habitantes (25,4 %).
El origen geográfico y cultural de estos nuevos pobladores es variado: Marruecos, Rumanía, Bulgaria, Colombia y Ecuador son las comunidades más numerosas; en el caso de países como el Reino Unido y Alemania, buena parte de los que se instalan en zonas rurales son jubilados que han decidido «disfrutar de una España con baja densidad de población».
Los desplazamientos de extranjeros a zonas rurales se incrementaron a finales de los 90 del siglo pasado gracias a la agricultura exportadora, la construcción, el turismo y la demanda de cuidadores.
Pero la crisis económica de 2008 frenó estos flujos y llevó a la despoblación de estas áreas, ya que los inmigrantes regresaban a sus lugares de origen o entornos urbanos.
A partir de 2015 hubo un repunte y, pese a los bajos índices de fecundidad y de la alta mortalidad entre una población rural envejecida, el año 2017 supuso un punto de inflexión porque el saldo migratorio volvió a ser positivo gracias a la población foránea.
En España residen más de 47 millones de personas, y los extranjeros superan los 5 millones. El país vive este año una grave crisis migratoria en las islas atlánticas de Canarias, adonde unos 20.000 inmigrantes llegaron de manera irregular desde enero pasado debido a los efectos de la pandemia de la covid-19 en África, entre otros motivos.