La huida de un activista de derechos humanos dispara las alarmas en Nicaragua
Fuente: EFE
La huida de un activista de derechos humanos, que se suma a la del cantautor nicaragüense Carlos Mejía Godoy, tras amenazas atribuidas a grupos progubernamentales en el marco de la crisis que deja centenares de muertos en Nicaragua, disparó este lunes las alarmas de organismos humanitarios, la ONU y la OEA.
Representantes del Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (Meseni) y de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) discutieron este lunes la situación del país tras conocer del exilio del activista Álvaro Leiva por «amenazas» contra su vida.
El Meseni y la Acnudh se reunieron con miembros del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) y otras organizaciones «para intercambiar aspectos sobre la situación de Nicaragua», informó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El exilio de Leiva, secretario ejecutivo de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), ha causado asombro en el país, ya que se trata de uno de los activistas más destacados en la crisis, cuyas negociaciones salvaron vidas y permitieron la libertad de cientos de «reos políticos» desde el estallido social del 18 de abril.
La ANPDH indicó el domingo en un comunicado, en el que también anunciaba el cierre de sus instalaciones en Managua, que Leiva fue víctima del «asedio de grupos armados no autorizados y llamadas telefónicas de amenazas a las oficinas de denuncias de violaciones a los derechos humanos».
El activista salió de Nicaragua hacia Costa Rica horas después de que lo hizo el popular cantautor Carlos Mejía Godoy, autor del himno del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), por las mismas razones.
«Es una mala noticia, en el sentido que representa una persecución para los defensores de derechos humanos», comentó el director ejecutivo del Cenidh, Gonzalo Carrión.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, lamentó el cierre de las oficinas de la ANPDH en Managua y el traslado de uno de sus activistas hacia Costa Rica.
«Expresamos nuestra extrema preocupación por cierre de ANPDH en Nicaragua y el autoexilio de sus dirigentes, que tenían medidas cautelares de la CIDH. El Estado debe proteger los derechos de sus ciudadanos, especialmente de los defensores de derechos humanos», señaló Almagro en Twitter.
Durante la jornada, la destitución de maestros estatales que apoyan las manifestaciones contra el Gobierno causó un acto de «desobediencia estudiantil» en la ciudad de Condega, en el norte de Nicaragua.
Decenas de alumnos del Instituto Marista, de la ciudad de Condega (norte), se negaron a ingresar a las aulas de clase, en repudio a la decisión de Ministerio de Educación de despedir a varios de sus profesores «por tener criterio propio y no apoyar a los asesinos», según denunció el Movimiento Estudiantil 19 de Abril-Condega.
Profesores de educación primaria y secundaria, así como de universidades estatales, han denunciado destituciones por parte del Estado, desde la semana pasada, por apoyar las protestas contra el Gobierno, una situación que también viven los médicos y trabajadores de la salud de los hospitales públicos.
No obstante, la vicepresidenta nicaragüense, Rosario Murillo, afirmó que su país está recuperando la normalidad, la paz y la seguridad.
En tanto, el presidente Daniel Ortega anunció que el país dará la batalla en la OEA, que aprobó el jueves pasado la creación de «un grupo de trabajo» con el fin de apoyar el diálogo nacional y contribuir a la «búsqueda de soluciones pacíficas y sostenibles» para superar la crisis.
Asimismo, Ortega reconoció que «hay una tendencia de emigrar» porque la crisis sociopolítica en Nicaragua, en la que han muerto entre 317 y 448 personas, no solamente ha dejado víctimas fatales, sino que también ha dañado la economía nicaragüense.
Las protestas contra Ortega, a quien sus críticos acusan de abuso y corrupción, comenzaron el pasado 18 de abril por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en reclamaciones para que renuncie a la presidencia, que ocupa de forma ininterrumpida desde hace once años.