La historia del “caso 7M” que llega a Netflix
800noticias/Foto referencial
Las redes sociales pueden ofrecer pocos panoramas más siniestros que este: estás en TikTok, te aparece un video de un baile espectacular, le das “me gusta” y seguís scrolleando. Tiempo después ves un documental en Netflix y te enterás de que esos bailarines que habías visto en realidad estaban actuando para una secta.
Netflix estrenará el próximo 29 de mayo la miniserie documental Bailar para el diablo: La secta de 7M en TikTok, que aborda un tema más o menos como el planteado anteriormente. Desgranamos su confuso título.
“7M Films” es el nombre de la compañía audiovisual de Robert Shinn, un empresario y pastor acusado de liderar la secta de la Iglesia Shekinah. Ahí fue otro término: “secta”.
En tercer lugar, “TikTok”. Aparece en el título porque la mayoría de los miembros de 7M Films creaban contenido para esa red social. Y por último, “Bailar para el diablo”, tiene que ver con un doble sentido: la religión y Shinn.
Al parecer, a comienzos de esta década el líder de Shekinah convocó a varios bailarines influencers para que se convirtieran en clientes de su organización de gestión de talentos. Todo iba bien hasta que se destapó el caso Wilking.
El caso Wilking
La historia de infamia de 7M Films, que se define en su sitio web oficial como “una empresa de gestión de talentos con sede en Los Ángeles que representa a algunas de las personas más influyentes en las redes sociales del mundo”, comenzó en marzo de 2022.
Ese mes, la familia de una famosa bailarina de TikTok llamada Miranda Derrick (antes de casarse era conocida como Miranda Wilking) reveló que su hija era parte de una secta.
Tanto Melanie como Miranda tienen cientos de miles de seguidores en TikTok y al momento del video estaban surfeando la cresta de la ola de su carrera. La debacle comenzó cuando Miranda conoció a su actual esposo, el bailarín James “BDash” Derrick, también miembro de 7M.
Después de la publicación, varios bailarines, incluidos Miranda y James, defendieron públicamente a la empresa de Shinn. Pero era tarde: las dudas sobre las verdaderas intenciones de 7M Films ya estaban instaladas.
La iglesia de Shinn, ¿secta o religión?
Shinn fundó la iglesia Shekinah en 1994 tras emigrar de Toronto a Estados Unidos. El pastor dice que se trata de “un grupo pequeño y muy unido de creyentes cristianos comprometidos a difundir su mensaje religioso a través del estudio y la extensión religiosos pacíficos”.
Vale destacar que en un momento la iglesia llegó a tener alrededor de 70 fieles que donaban su dinero y que desde aproximadamente 2010 en adelante, época en la que empezó a ser cuestionada en los medios, se mantuvo en un promedio de 35.
La iglesia en sí no tiene lugar físico. Según informó el Daily Beast, los archivos corporativos muestran que su dirección corresponde a una oficina que, casualmente, tiene la misma dirección que la sede de 7M Films.
Shinn, quien hoy día ronda los 65 años y vive en el anonimato, se hacía llamar “El profeta” o “El hombre de Dios”.
Respecto al nombre de su compañía, hay quienes creen que 7M hace referencia a la enseñanza de Shekinah sobre el Mandato de las Siete Montañas, ideología que afirma que los “creyentes” deben infiltrarse en las siete facetas del mundo moderno (familia, religión, educación, medios, entretenimiento, negocios y gobierno) para “establecer el reino de Dios en la Tierra”.
Las acusaciones
A lo largo de los años, diferentes bailarines, todos ex miembros de 7M, denunciaron a Shinn por fraude. Y él hizo lo mismo con ellos. Los acusó de mentirosos y de querer difamarlo. Repasemos algunos casos.
Una de las primeras denunciantes fue una mujer llamada Lydia Chung, quien en 2009 denunció al pastor por varios motivos por los que volvería a ser acusado en el futuro. “Influencia indebida, control mental, persuasión coercitiva, opresión y otras tácticas intimidantes” para lograr que le diera a la iglesia 3,8 millones de dólares.
En su caso, que fue previo a la existencia de 7M, la Justicia falló a favor de Shinn.
En marzo de 2023, la revista Rolling Stone publicó un artículo en el que tres ex miembros de 7M acusan a Shinn de haberlos engañado. Ellos son Aubrey Fisher-Greene, Kylie Douglas y Kevin “Konkrete” Davis.
Por un lado, Douglas dijo que estuvo en el grupo de baile de 7M durante dos años y que durante ese lapso se vio incentivada a prestarle “total atención” a Shinn y a su iglesia. Su demanda habla de “lavado de cerebro, manipulación y atropellamiento de personas” para obtener dinero.
Fisher-Greene, la pareja de Douglas, dijo que apenas se unió a 7M la compañía tomó el control de su negocio: la empresa cobraba gran parte del dinero de sus conciertos y se quedaba con las tarifas de gestión de las marcas que lo contrataban.
Si bien a ninguno se les prohibió hablar con sus seres queridos, según cuentan la Iglesia se los sugería todo el tiempo. Cuando alguno iba a visitar a su familia, otro compañero de la compañía -llamado en los adentros de la secta “mentor”- lo humillaba delante de sus colegas.
Por ejemplo, Douglas dijo que Shinn un día “comenzó a empujarla con la cadera por detrás” y que por ese motivo presentó una causa por agresión sexual en su contra.
Así como los bailarines lo hicieron con él, Shinn también demandó a ex miembros de 7M y moderadores de sus redes sociales por promover supuesta falsa información y hacerle acusaciones equívocas sobre sus supuestas irregularidades.
¿Cuál era el objetivo de Shinn?
El principal: obtener dinero.
Fue en el marco de una demanda y contrademanda efectuadas en 2022 cuando se empezó a hablar oficialmente de 7M como una secta.
«La Shekinah es una secta que opera bajo la apariencia de una institución religiosa», se lee en la contrademanda que acercó Rolling Stone en su artículo. “Robert se refiere a sí mismo como ‘el Hombre de Dios’ y predica a los miembros de Shekinah que sin someterse a él y sin Shekinah, sus vidas serán maldecidas. Robert requería pleno control físico y económico sobre los miembros de Shekinah”.
Supuestamente, para obtener el control de sus adeptos, Shinn creó una lista de “suplentes” en 7M a los que llamó “mentores” y “submentores”. Lo hizo con el objetivo de que estos ejercieran control sobre sus compañeros en la iglesia.
Estos “cumplieron sus órdenes, incluida la recaudación de diezmos de otros miembros, moviendo dinero de las cuentas bancarias de los miembros, instruyendo a los miembros dónde vivir e instruyendo a los miembros sobre cómo gastar casi cada momento de su tiempo de vigilia”, detalla el expediente.
Otra grave acusación que recibió Shinn se remonta al pico de la pandemia de coronavirus. La contrademanda de los ex bailarines dice que el pastor interfirió con la atención médica de los miembros de su compañía en época de covid.
Al parecer, el magnate envió a sus miembros a una clínica de vacunas de coronavirus donde un miembro de Shekinah que trabajaba allí «fingió inyectar a los querellantes con la vacuna, pero simplemente se la arrojó en los brazos».
Además, Shinn habría ordenado a los miembros que pidieran fondos de ayuda de Covid y recaudado 100,000 dólares que fueron a parar directamente a sus empresas en lugar de a los miembros de la iglesia.
Hoy en día, la investigación del caso sigue su curso al mismo tiempo que Shinn bajó considerablemente su perfil. Prácticamente no figura en redes sociales y los sitios webs de sus empresas ofrecen muy poca información.
Por Clarín
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