La historia de este carro descuidado en una pieza de colección
Agencias
El tercer propietario revivió el automóvil en 2018 al encender un motor que había estado por más de una década apagado. Además, le encargó a un especialista de Mercedes-Benz la recuperación general del vehículo. Pero no lo cuidaron del todo en los detalles, al menos para el ojo de los neófitos.
La resurrección de un clásico
Personal capacitado reparó los sistemas de aceite, combustible y refrigeración. Giraron cuidadosamente el propulsor y de a poco fue adquiriendo su normal funcionamiento, con su excelente capacidad de aceleración.
En el exterior, si bien la apariencia no es de lo mejor, está libre de óxido y de golpes que remitan a choques severos. Se mantiene su estructura sólida e inalterada, manteniendo los ajustes originales de fábrica en las puertas, el capot y el baúl.
Los especialistas destacan el estado general del auto y, según señalan, su conservación se ha beneficiado por el clima templado imperante en el Sur de California. Además, todas las luces funcionan correctamente al igual que el instrumental.
El Mercedes-Benz 300 SL incluye la documentación original, herramientas, recibos de servicio, placa negra original de California y portaequipaje. Por su parte, el interior muestra mejor aspecto que el exterior, se mantiene inalterable, ideal para disfrutar de los paseos citadinos o los viajes en ruta.
Un impulso estadounidense
El Mercedes-Benz 300 SL es un deportivo biplaza que la marca alemana fabricó entre 1954 y 1963. Se hizo célebre con la denominación Alas de Gaviota, por la forma de apertura de sus puertas, hacia arriba.
Conquistó las calles de todo el mundo, pero, en realidad, nació de la competición, en las 24 Horas de Le Mans. Inspirado en las carreras se diseñó un auto de calle con una personalidad única que se presentó por primera vez en el Salón de Nueva York de 1954. Es que el objetivo era que llegará al mercado estadounidense, como sugerencia de Max Hoffman, el importador de Daimler A.G. en La Gran Manzana.
La unidad que se va a subastar está equipada con un motor naftero de seis cilindros en línea que eroga 243 caballos de potencia y 275 Nm de torque. Está asociado a una caja manual de cuatro velocidades.
Con ese conjunto mecánico, de 1.295 kilos, alcanza una velocidad máxima de 263 kilómetros por hora que en su época lo convirtió el vehículo de producción en serie más rápido. Además, acelera de 0 a 100 km/h en 7,4 segundos.
El precio récord registrado (y conocido) en una venta del Alas de Gaviota llegó a los 3,5 millones de dólares. Fue en 2018, a través de una subasta realizada por la casa Artcurial en el evento Le Mans Classic, de los más importantes de cada año en este territorio tan particular de los autos de colección.
El Alas de Gaviota se muestra tal cual es, no tiene cirugías ni arreglos modernos, con las cicatrices normales que se van dibujando en su silueta por el paso del tiempo. ¿Por qué sale tan caro si está en ese estado? El valor intrínseco de la originalidad en un vehículo histórico de Mercedes-Benz no tiene precio. Seguramente muchos compradores sabrán valorarlo.
Por Clarín