La guerra quita a los rusos las ganas de tener hijos - 800Noticias
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EFE | Foto: Referencial

Un tercio de los rusos no quiere tener hijos debido a la inestabilidad política y económica creada por la guerra en Ucrania, lo que ha provocado una crisis demográfica que no se recordaba desde 1999, cuando el presidente Vladímir Putin aún no había llegado al Kremlin.

«Debemos organizar y efectuar otra operación especial. Como la operación militar especial, una operación demográfica especial», dijo Nina Ostanina, jefe del comité de Defensa de la Familia de la Duma o cámara de diputados, a la agencia RIA Nóvosti.

Rusia había logrado revertir durante varios años el envejecimiento y, por consiguiente, el descenso de su población que siguió a la caída de la Unión Soviética, pero el coronavirus primero y ahora la campaña militar en Ucrania han agudizado el problema de la caída de la natalidad.

Brusco descenso de la natalidad

Putin, que ha acusado a los países occidentales de fomentar la infertilidad al promover comportamientos morales no tradicionales, se ha encontrado con la horma de su zapato justo después de declarar 2024 el Año de la Familia.

Según datos de la agencia nacional de estadísticas, Rosstat, en los primeros seis meses de este año nacieron 599.600 niños, 16.500 menos que en el mismo período de 2023, el indicador más bajo desde 1999, es decir, después de la suspensión de pagos.

Los nacimientos cayeron por primera vez en la historia por debajo de los 100.000 en junio (96.600 frente a los 104.400 de junio del pasado año).

Además, el índice de natalidad en el primer semestre del año fue de 8,3 por cada 1.000 personas, cuando no bajaba del 10 % desde 2019.

Rusia, el país más grande del mundo, tiene 146 millones de habitantes, en gran medida, porque concedió la ciudadanía a los residentes de las cuatro regiones ucranianas anexionadas por Moscú en septiembre de 2022. Aún así, a día de hoy hay 296.600 menos rusos que el año anterior.

Uno de cada tres rusos no quiere hijos

Según los resultados de una investigación de la Escuela Superior de Economía, un 30,6 % de los rusos no quiere tener hijos en estos momentos.

El motivo es el descontento con la situación política; los problemas económicos -se han disparado los precios y los alquileres- y la tensión emocional, ésta última vinculada directamente con la incertidumbre sobre el futuro del país.

Precisamente, uno de los más bajos índices de natalidad de todo el país se registra en el puerto crimeo de Sebastopol, base de la Flota del Mar Negro y objeto de constantes ataques con drones ucranianos.

Desde que comenzó la guerra la natalidad no ha dejado de caer. En 2022 nacieron 1,3 millones de niños; en 2023, 1,26 millones; y este año podría no llegarse al millón de nacimientos.

Mientras, según estadísticas oficiales, la mortalidad aumentó un 4 %, de 888.7000 a 921.100 entre enero y junio de este año.

Según cifras independientes, el Ejército ruso ha sufrido más de 300.000 bajas durante la campaña militar en Ucrania, a lo que hay que sumar los cientos de miles de hombres en edad militar y en edad reproductiva que abandonaron el país para huir de la guerra.

Más anticonceptivos y más voluntarios para la guerra

Con vistas a sus próximos seis años de mandato, el presidente ruso, Vladímir Putin, anunció en mayo varios programas sociales para reducir los niveles de pobreza, lo que afecta a un tercio de las familias numerosas; garantizar un mínimo de 33 metros cuadrados de vivienda por persona y duplicar el salario mínimo hasta los 35.000 rublos (unos 350 euros).

Con todo, según informó en agosto el diario Védomosti, el consumo de anticonceptivos se disparó en los primeros seis meses de este año hasta los 19.300 millones de rublos (más de 210 millones de dólares), el máximo en el último lustro. Sólo en ‘Wildberries’, uno de los principales mercados electrónicos rusos, las ventas crecieron un 25 %.

Tampoco contribuye a la natalidad el permanente reclutamiento de voluntarios y soldados profesionales ante la acuciante escasez de hombres, sea para combatir en Ucrania o para proteger la frontera en Kursk.

En las últimas semanas en los vestíbulos de las estaciones de metro de Moscú han aparecido puestos de alistamiento para animar a los rusos a firmar contratos profesionales, campaña que también ha llegado a la web de anuncios clasificados Avito.

En un intento de promover los valores tradicionales, el Gobierno ha introducido este curso la asignatura Vida Familiar en las escuelas primarias y secundarias.

EFE

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