La gasolina iraní fue un espejismo
La Prensa Lara
La crisis de combustible continúa afectando la vida de los venezolanos en plena pandemia y sin esperanzas de un cambio afirman que la gasolina iraní que llegó a Venezuela fue solo «un espejismo».
La ilusión que tenían los conductores de que el despacho de combustible se iba a normalizar tras el ajuste del precio de la gasolina que importó el chavismo en cinco buques desde Irán se terminó hace dos semanas en Lara, luego que en las estaciones de servicio se volvieran a registrar kilométricas colas de vehículos. En promedio, los guaros tardan hasta 48 horas de espera alegando que con la restricción del despacho es imposible arrancar las operaciones laborales en la semana de flexibilización de la cuarentena.
Yovanny Pérez, soldador, fue una de las personas que perdió dos días en cola. Contó que llegó el martes 14 de julio a la bomba Las Trinitarias en la Libertador con calle 42 y pasado el mediodía de ayer no había llenado su tanque. «Nadie informa nada, los guardias que tienen el control se limitaron a pasar a 30 vehículos sin explicar si iban a atender a los demás», expresó insolado por el sol.
Aunque la gobernadora Carmén Meléndez indicó que en esta semana de flexibilización las personas podían permanecer en la calle hasta la 1:00 de la tarde, conductores se saltan el decreto saliendo en horas de la noche a guardar el puesto en las largas filas que rodean las estaciones de servicio en Lara.
Por otra parte, algunos usuarios no cumplen las normas mínimas de prevención de al menos cargar tapabocas, lo que convierte las colas por gasolina en un riesgo para la salud.
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