La cultura marca el ritmo del segundo paro nacional contra Gobierno de Duque - 800Noticias
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EFE

Un «cacerolazo sinfónico» y una batucada de artistas comunitarios dieron este miércoles un tono musical al segundo «paro nacional» en una semana contra la política económica y social del Gobierno colombiano.

En unas jornadas que hoy cumplieron su séptimo día y en las cuales la juventud tiene un protagonismo inédito en la vida política del país, la cultura se abrió espacio entre la gente y convirtió las calles de Bogotá en un inmenso escenario al aire libre para que todos se expresaran con el arte en la más absoluta paz.

La música, los bailes y las expresiones carnavalescas marcaron la jornada en la que la ciudadanía se reinventó para alejar de sus protestas a los vándalos encapuchados que provocaron desmanes y saqueos en Cali y Bogotá en los primeros dos días de manifestaciones.

En las concentraciones en calles de las grandes ciudades del país no faltaron las fotografías, carteles y perfomances en homenaje a Dilan Cruz, el joven bachiller que murió el lunes tras ser herido dos días antes por un artefacto disparado por el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) de la Policía en el centro de Bogotá

PROTESTA SINFÓNICA

El Parque de los Hippies, en el tradicional barrio bogotano de Chapinero, fue escenario para que más de 300 artistas hicieran un «cacerolazo sinfónico» que sorprendió y cautivó a la multitud.

Rodeados por gente de todas las edades, músicos y cantantes líricos de las orquestas Sinfónica y Filarmónica de Bogotá, así como de conservatorios universitarios, decidieron darle otro tono a las protestas que congregan en las calles desde el jueves pasado a los colombianos.

Con el celular grabando en un mano y en la otra una cacerola, los manifestantes comenzaron a bailar y a cantar melodías como «Colombia Tierra Querida» y «La Pollera Colorá», dos de las más tradicionales cumbias del país cuando fueron interpretadas por la orquesta.

Bajo la dirección del maestro ruso Guerassim Voronkov, director de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, la orquesta ejecutó también la Novena Sinfonía de Ludwig van Beethoven y el Himno Nacional que hicieron rodar lágrimas de un público que los recompensó con aplausos.

«Hoy hemos sentido la música unidos en una pasión, en una causa», dijo a Efe el maestro ruso con su marcado acento, y añadió que con este concierto querían «transmitir el mensaje de paz, de esperanza y de futuro, sobre todo porque la música incentiva el diálogo, si un músico no escucha a otro no existe una sinfonía».

TAMBORES Y BAILE

La Batucada Bembé, agrupación musical conformada por jóvenes artistas comunitarios de Bogotá, dio una nota de samba por la mañana a una multitud que manifestó en un ambiente festivo su inconformidad por lo que llaman un «paquetazo» de medidas económicas y sociales del Gobierno.

Los miembros del grupo, vestidos de negro con pañuelos azules y amarillos en el cuello, tocaron tambores y con una vistosa coreografía avanzaron al ritmo de batucada hasta la Plaza de Bolívar en el centro de la ciudad.

Quienes iban detrás trataban de seguirles el ritmo mientras ondeaban banderas de Colombia y de la comunidad LGBTI, al tiempo que cantaban consignas como «Resistencia, resistencia» y «Soy estudiante, soy», que se han convertido en emblemas de la protestas universitarias en Colombia.

También alzaron pancartas como «Todos somos nuestros niños, líderes y cada víctima», «Que no nos gobierne el miedo» y «Marcho por el futuro de mi nieto».

BOGOTÁ NO OLVIDA A DILAN

El joven Dilan Cruz, que perdió la vida justo el día en que debía haberse graduado de bachiller, fue recordado a lo largo y ancho de la ciudad, pues su rostro apareció en numerosas pancartas y un gigantesco retrato suyo fue colgado en la Plaza de Bolívar, que sin embargo no se llenó hoy, a diferencia de los días anteriores.

El cese de la violencia fue el clamor de la multitud, que criticó al Esmad por los abusos policiales en que ha incurrido para dispersar manifestaciones desde el jueves pasado.

«Exijo al Gobierno que detenga la represión de las protestas. El principal problema es el Esmad, el punto principal que hay que exigir es el desmonte del Esmad que es una institución criminal que no asegura a nadie en las protestas pero sí ataca a los manifestantes», dijo a Efe el estudiante Jhonny Martínez.

El caso de Dilan también conmovió a Eduard Vanegas, un hombre que caminó desde el occidente hacia el centro con una cruz de unos 25 kilos a cuestas de la que colgaban carteles con mensajes como «El Gobierno corrupto, no más», «Por empleos dignos» y «Por todos los campesinos colombianos».

«Estoy protestando contra la injusticia del Gobierno colombiano que nos tiene olvidados, amarrados, no hay necesidad de que nos mate, nosotros mismos nos crucificamos», aseguró.

ACOMPAÑAMIENTO INSTITUCIONAL

La Defensoría del Pueblo estuvo con los manifestantes en distintas ciudades del país para evitar confrontaciones y hechos violentos.

«La marcha ha sido pacífica, segura y ordenada (…) Esperamos que sigamos de igual manera, de eso se trata de que los ciudadanos se puedan manifestar con tranquilidad y hoy se ha logrado», afirmó el defensor del Pueblo, Carlos Alfonso Negret, quien acompañó una multitudinaria protesta en la Autopista Norte de Bogotá.

Según explicó el funcionario, el balance en todo el país es positivo a pesar de que hubo inconvenientes en la Vía Panamericana, principal carretera del suroeste de Colombia, donde comunidades indígenas bloquearon el paso en dos tramos entre Cali y Popayán en rechazo a la muerte de Cruz.

«De resto todo fue perfecto. Los colombianos tenemos que trabajar en construir un país mejor, con esperanza, y en esta diversidad que hay que construir, sentarnos en la mesa, dialogar y buscar puntos de consenso que creo que se pueden lograr», añadió.

La Oficina de las Naciones Unidas en Colombia reconoció «el espíritu mayoritariamente pacífico» que ha caracterizado las manifestaciones.

No obstante, resaltó su preocupación por hechos de violencia durante las protestas que se cobraron la vida de Dilan Cruz y han dejado «un alto número civiles y miembros de la Fuerza Pública heridos».

Por ello alentó al Estado y a la sociedad a «que a través del diálogo se aborden las propuestas e iniciativas que contribuyan a superar la situación actual».

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