La Cruz Roja llama a frenar muertes ante ola de calor por crisis climática
EFE
Las olas de calor son cada vez más intensas y frecuentes, responsables de miles de muertes, y se espera que continúen en ascenso en el mundo debido a la crisis climática, según un informe presentado este martes por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC).
La IFRC presentó la «Guía de Olas de Calor para las Ciudades en Naciones Unidas» con sugerencias para ayudar a gobiernos locales a prepararse para enfrentar el calor, que cada año se cobra la vida de niños, ancianos, embarazadas, sin techo, migrantes y refugiados, personas que trabajan al aire libre o con condiciones crónicas de salud, entre otros.
De acuerdo con el presidente de la IFRC, Francesco Rocca, quien presentó el informe, es una emergencia global real y los gobiernos tienen que fortalecer sus acciones para aliviar el sufrimiento de millones de personas.
«Las olas de calor son uno de los peligros naturales más mortales que enfrenta la humanidad y la amenaza que representan solo será más grave y más generalizada a medida que continúe la crisis del cambio climático», advirtió Rocca.
Se proyecta que el cambio climático impactará la salud de las personas de muchas maneras.
No obstante, aseguró que «la buena noticia es que es predecible y prevenible» y advirtió de que las acciones que las autoridades pueden tomar para salvar vidas por la «emergencia silenciosa», como se refiere a la ola de calor, y reducir significativamente el sufrimiento, «son simples y asequibles».
«Las olas de calor son un asesino silencioso porque toma la vida de la gente que ya son vulnerables. Es vital que todo el mundo conozca cómo prepararse y limitar su impacto», afirmó.
Advierte la guía, realizada por el Centro Climático de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja en colaboración con una veintena de organizaciones, que 17 de los 18 años más calientes en el registro de temperatura global han ocurrido desde el 2001.
También que varias de las olas de calor más graves han costado la vida a decenas de miles de personas alrededor del mundo, incluyendo la que en el 2015 mató a unas 2.500 personas en India, 1.100 en Pakistán y la que cobró la vida de más de 70.000 a través de Europa en 2003, entre ellos, 18.000 en Francia.
En 2017, 157 millones de personas más estuvieron expuestas a la ola de calor comparado con el 2000, de acuerdo con el informe.
Tras la catástrofe del 2003 en Francia, se creó un plan para enfrentar la ola de calor que incluye un sistema de alerta, campañas de información y el registro de ancianos y otros residentes y como resultado de esa acción, se han reducido las muertes.
De acuerdo con la guía, las ciudades pueden tomar acciones para enfrentar la ola de calor -que afecta además la naturaleza, infraestructura vital, economía y servicios básicos- que incluyen establecer sistemas para alertar a la gente antes de que ocurra el calor extremo.
También fortalecer los sistemas de salud para reducir el riesgo de estar saturados durante la crisis de calor, realizar campañas de concienciación a la comunidad, establecer «centros refrescantes» y líneas telefónica, tratamiento y apoyo para los más vulnerables.
Además, sugiere que se siembren árboles, se protejan los espacios verdes y se establezcan zonas libres de coches.
De acuerdo con la guía, esta emergencia sólo se puede evitar si las instituciones de la ciudad, grupos comunitarios y planificadores contribuyen a reducir el riesgo de calor ahora y en el futuro.
La guía intenta ayudar al personal de las ciudades a tomar los primeros pasos para el entendimiento de los riesgos que enfrentan con el calor, desarrollar un temprano sistema de alerta, trabajar con socios para consolidar el plan de acción, y adaptar prácticas de planificación urbana.
Las ciudades están en primera línea de esta emergencia de salud pública y son así cruciales en liderar la lucha para prevenir muertes por calor, indica además la Guía de Olas de Calor para las Ciudades.
Naciones Unidas, 16 jul (EFE).- Las olas de calor son cada vez más intensas y frecuentes, responsables de miles de muertes, y se espera que continúen en ascenso en el mundo debido a la crisis climática, según un informe presentado este martes por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC).
La IFRC presentó la «Guía de Olas de Calor para las Ciudades en Naciones Unidas» con sugerencias para ayudar a gobiernos locales a prepararse para enfrentar el calor, que cada año se cobra la vida de niños, ancianos, embarazadas, sin techo, migrantes y refugiados, personas que trabajan al aire libre o con condiciones crónicas de salud, entre otros.
De acuerdo con el presidente de la IFRC, Francesco Rocca, quien presentó el informe, es una emergencia global real y los gobiernos tienen que fortalecer sus acciones para aliviar el sufrimiento de millones de personas.
«Las olas de calor son uno de los peligros naturales más mortales que enfrenta la humanidad y la amenaza que representan solo será más grave y más generalizada a medida que continúe la crisis del cambio climático», advirtió Rocca.
Se proyecta que el cambio climático impactará la salud de las personas de muchas maneras.
No obstante, aseguró que «la buena noticia es que es predecible y prevenible» y advirtió de que las acciones que las autoridades pueden tomar para salvar vidas por la «emergencia silenciosa», como se refiere a la ola de calor, y reducir significativamente el sufrimiento, «son simples y asequibles».
«Las olas de calor son un asesino silencioso porque toma la vida de la gente que ya son vulnerables. Es vital que todo el mundo conozca cómo prepararse y limitar su impacto», afirmó.
Advierte la guía, realizada por el Centro Climático de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja en colaboración con una veintena de organizaciones, que 17 de los 18 años más calientes en el registro de temperatura global han ocurrido desde el 2001.
También que varias de las olas de calor más graves han costado la vida a decenas de miles de personas alrededor del mundo, incluyendo la que en el 2015 mató a unas 2.500 personas en India, 1.100 en Pakistán y la que cobró la vida de más de 70.000 a través de Europa en 2003, entre ellos, 18.000 en Francia.
En 2017, 157 millones de personas más estuvieron expuestas a la ola de calor comparado con el 2000, de acuerdo con el informe.
Tras la catástrofe del 2003 en Francia, se creó un plan para enfrentar la ola de calor que incluye un sistema de alerta, campañas de información y el registro de ancianos y otros residentes y como resultado de esa acción, se han reducido las muertes.
De acuerdo con la guía, las ciudades pueden tomar acciones para enfrentar la ola de calor -que afecta además la naturaleza, infraestructura vital, economía y servicios básicos- que incluyen establecer sistemas para alertar a la gente antes de que ocurra el calor extremo.
También fortalecer los sistemas de salud para reducir el riesgo de estar saturados durante la crisis de calor, realizar campañas de concienciación a la comunidad, establecer «centros refrescantes» y líneas telefónica, tratamiento y apoyo para los más vulnerables.
Además, sugiere que se siembren árboles, se protejan los espacios verdes y se establezcan zonas libres de coches.
De acuerdo con la guía, esta emergencia sólo se puede evitar si las instituciones de la ciudad, grupos comunitarios y planificadores contribuyen a reducir el riesgo de calor ahora y en el futuro.
La guía intenta ayudar al personal de las ciudades a tomar los primeros pasos para el entendimiento de los riesgos que enfrentan con el calor, desarrollar un temprano sistema de alerta, trabajar con socios para consolidar el plan de acción, y adaptar prácticas de planificación urbana.
Las ciudades están en primera línea de esta emergencia de salud pública y son así cruciales en liderar la lucha para prevenir muertes por calor, indica además la Guía de Olas de Calor para las Ciudades.