La Cruz Roja Internacional, por María García Fleury
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El 24 de junio de 1859, durante la guerra por la unidad italiana, los ejércitos franco-sardos se enfrentan a las tropas austríacas alrededor de la aldea de Solferino en Italia del Norte. Ese día, un ciudadano ginebrino, Henry Dunant, trata de reunirse con Napoleón III por cuestiones de orden personal. La tarde de la batalla, Dunant llega a la aldea vecina de Castiglione, en donde se han refugiado más de 9.000 heridos. Día y noche, en la Chiesa Maggiore (Iglesia Mayor) en donde se hacinan unos 5.000 heridos, Durant y las mujeres del lugar les dan de beber, l avan y vendan sus heridas, les distribuyen tabaco, bebidas aromáticas y frutas. Dunant se queda en Castiglione hasta el 27 de junio y luego reanuda su viaje; regresa a Ginebra el 11 de julio. Aunque está afectado por dificultades financieras, no puede olvidar lo que ha visto y, en 1862, publica una obra titulada Recuerdo de Solferino. En él describe la batalla, luego la situación de los heridos en la Chiesa Maggiore y, posteriormente, concluye su relato con una pregunta: «¿No se podría, durante un período de paz y de tranquilidad, fundar sociedades de socorros cuya finalidad sería prestar o hacer que se preste, en tiempo de guerra, asistencia a los heridos, mediante voluntarios dedicados, abnegados y bien calificados para semejante obra?» . De esta pregunta surgió la institución de la Cruz Roja. Dunant preguntó, asimismo, a las autoridades militares de diferentes nacionalidades si podían formular «¿algún principio internacional, convencional y sagrado que, una vez aprobado y ratificado, serviría de base para sociedades de socorro a los heridos en los diversos países de Europa?» . Esta segunda pregunta da origen a los Convenios de Ginebra.
El 9 de febrero de 1863, Moynier presenta las conclusiones de la obra de Dunant a la sociedad que preside. Ésta crea una comisión de cinco miembros a la que encarga de estudiar las propuestas de Dunant.
Esta comisión de cinco miembros -Moynier, Dunant, el general Dufour y los médicos Appia y Maunoir- es el germen del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Reunida por primera vez el 17 de febrero de 1863, la comisión constata de entrada que los voluntarios imaginados por Dunant sólo podrán actuar eficazmente, sin correr el riesgo de ser rechazados por los soldados, si se diferencian de los simples civiles mediante un signo distintivo y si son protegidos de los combates. Es éste el concepto de la neutralización de los servicios sanitarios y de los enfermeros voluntarios.
El 25 de agosto de 1863, el Comité Internacional decide reunir en Ginebra, bajo su propia responsabilidad, una Conferencia Internacional para estudiar los medios de remediar la falta del servicio sanitario en los ejércitos. Para ello, envía una convocatoria a todos los gobiernos de los países europeos, así como a numerosas personalidades. El 26 de octubre de 1863, el general Dufour inaugura la Conferencia. En ella se reúnen 36 personas, 14 de ellas delegados de gobiernos, 6 delegados de diversas organizaciones y 7 personas que asisten a título privado. Este carácter híbrido, a la vez público y privado, se ha mantenido en las Conferencias Internacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. En efecto, en la actualidad, participan en ellas las delegaciones de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, las de los Estados Partes en los Convenios de Ginebra, y las de los observadores (principalmente organizaciones no gubernamentales).
La Conferencia de 1863 adopta como base de discusión un » Proyecto de Concordato » , preparado por el Comité Internacional.
La Conferencia concluye tras haber adoptado 10 resoluciones que constituyen el fundamento de las Sociedades de socorros a los militares heridos, embrión de las futuras Sociedades de la Cruz Roja y, más tarde, de la Media Luna Roja.