La crisis climática amenaza a tres especies de ranas en el Chocó de Ecuador - 800Noticias
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EFE

Tres especies de ranas emblemáticas del Chocó, una región del noreste de Ecuador con un elevado índice de endemismo, se encuentran amenazadas por la crisis climática, de acuerdo a recientes investigaciones que destacan su vulnerabilidad.

«Nos enfocamos en tres especies porque necesitan bosques primarios para vivir y además, los anfibios son los vertebrados más afectados por extinciones y cambios climáticos», explicó a Efe Michael Moens, director de conservación de la Fundación Jocotoco, que esta semana dio a conocer los resultados de los estudios.

El experto subraya que al ser ectotermos, los anfibios dependen del calor del medioambiente en lugar de producirlo internamente, por lo que pueden verse extremadamente afectados por las condiciones variables de temperatura derivadas de la crisis climática.

«Se ha visto globalmente que debido al cambio climático y a enfermedades como los hongos, se han producido muchas extinciones de anfibios en las Américas», indica.

Se refiere a un estudio científico que evidenció que la crisis climática ha tenido un fuerte impacto en estas especies en el continente americano, especialmente propagando con mayor virulencia una enfermedad mortal provocada por temperaturas más altas.

El director de conservación de la fundación creada en 1998 para proteger áreas de importancia crítica para la conservación de especies amenazadas de flora y fauna en Ecuador, resalta que los anfibios han sido víctimas de más extinciones que cualquier otro grupo de vertebrados.

 

Al analizar las tres especies «tan emblemáticas en el Chocó» se puede seguir la pista de su evolución, ya que si se les pierde el rastro puede suponer su desaparición.

El Chocó es una región boscosa húmeda que se extiende desde el este de Panamá, pasando por la costa pacífica de Colombia y el litoral de Ecuador, hasta la esquina noroccidental de Perú.

En su vertiente ecuatoriana esta área también conocida como Chocó andino, es considerada una reserva de la biosfera de la Unesco por ser muy diversa y albergar un gran número de especies endémicas.

Esto se explica por la barrera geográfica que constituye la Cordillera de los Andes y el aislamiento de los bosques al oeste de este accidente geográfico, que se desarrollaron de manera completamente diferente a la de los que se ubican al este.

Las tres especies de ranas estudiadas en esta región fueron la Rana Diablito, la Rana Chachi y la Cristal Punteada de Blanco.

La primera de ellas, aunque está clasificada como casi amenazada, ha disminuido significativamente en Ecuador en la última década y de acuerdo a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), en la actualidad solo se encuentra en el norte.

La especie habita el bosque húmedo e incrementa su actividad después de fuertes lluvias, por lo que el clima y la calidad del ecosistema influyen directamente en su reproducción y supervivencia.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Viena han logrado atrapar a varias de estas ranitas en la reserva de Canandé, a las que han colocado transmisores para estudiar sus movimientos.

«Pueden entender su ecología, pero también su abundancia y a través de los años se podrá ver si está cambiando su distribución por los efectos del cambio climático», apunta Moens.


Alude al hecho de que el aumento de temperaturas pueda mover a estos anfibios hacia terrenos más elevados, procesos más sutiles al no poder volar ni recorrer grandes distancias.

Las poblaciones de las tres ranas analizadas en Ecuador tienden a disminuir debido a las constantes amenazas que enfrentan, en buena medida por el cambio climático, sugieren los estudios.

Sobre otra especie, la rana marsupial cornuda, localizada recientemente en el país y que se creía extinta, se sospecha que uno de los factores de su reducido número también es la crisis climática.

«Es muy difícil demostrarlo pero el hecho de que haya desaparecido de muchas áreas indica esto», concluye el científico.

Ecuador alberga alrededor de 622 especies de anfibios, de las cuales el 45 por ciento son endémicas, según datos de Jocotoco.

En el bosque del Chocó ecuatoriano habitan más de 130 especies de ranas, sapos, cecilias, tritones y salamandras, amenazados por la deforestación y varias enfermedades.

«Hemos querido llamar la atención sobre el Chocó ecuatoriano como uno de los focos más amenazados del mundo por la tremenda deforestación», concluye Moens al revelar que menos del dos por ciento de este bosque andino bajo persiste hoy en día en Ecuador.

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