La crisis alimentaria en Afganistán afecta a toda la sociedad
EFE
La crisis alimentaria que vive Afganistán por la sequía y años de conflicto se ha agravado en los últimos meses con la llegada al poder de los talibanes, afectando ya a toda la sociedad afgana, incluida una clase media que tras décadas de relativa prosperidad se encuentra ahora en una situación límite.
Según el último informe publicado este lunes por el Grupo de Agricultura y Seguridad Alimentaria de Afganistán de Naciones Unidas, más de la mitad de la población de Afganistán, el equivalente a unas 22,8 millones de personas, se enfrentará a una «inseguridad alimentaria aguda a partir de noviembre».
Es el caso de Farid Khan, que trabajó como portavoz de la Policía en la provincia oriental de Nangarhar hasta la victoria de los talibanes el pasado agosto, y que cobraba unos 250 dólares mensuales con los que alimentaba a su familia de 12 miembros.
Esa cantidad les permitía llegar justos a final de mes, pero empezaron a afrontar problemas económicos después de que Khan dejó de percibir su salario hace unos meses.
«Mis hijos tienen hambre, no tenemos comida en casa, ya no tengo trabajo ni una fuente de ingresos desde hace dos meses, y esta es la situación que tenemos que afrontar», explicó a Efe Khan.
Sin dinero, Khan ni siquiera tiene tiempo para pensar en el tratamiento de su esposa enferma de cáncer, a la que pretendía operar en el vecino Pakistán.
La familia ya ha vendido todas sus pertenencias valiosas para, al menos, poder alimentar a sus ocho hijos, pero aun así el dinero del que disponen no es insuficiente.
«No sé cuál será nuestro futuro. No veo un rayo de esperanza sin trabajo ni ingresos», lamentó.
AUMENTO DE LA POBREZA
Afganistán experimentó en los últimos meses un aumento del 70 % en el número de personas registradas para recibir asistencia humanitaria, dijo a Efe Abdul Fatah Jawad, portavoz de la Organización de Servicios Sociales y Bienestar Social afgana Ehsas (EWSSO).
Entre los que ahora solicitan ayuda no solo se encuentran familias pobres, sino también personas consideradas de clase media, como maestros, empleados del anterior Gobierno, ex miembros de la Policía, el Ejército y los servicios de Inteligencia, comerciantes o trabajadores de industrias y fábricas.
«Estas personas eran las que nos hacían donaciones años atrás y hoy son ellos los que necesitan las donaciones», apuntó Jawad.
La llegada al poder de los talibanes, la congelación de los activos por parte de Estados Unidos y la suspensión de la ayuda internacional han provocado «una profunda crisis económica» que afectó directamente a la clase media, aseguró a Efe el fundador de la asociación caritativa Laasnewai, Modaser Islami.
«La gente está harta de los problemas económicos y tiene dos opciones: quedarse en casa y morir de hambre, o salir a mendigar», manifestó Islami, quien añadió que algunas familias se han visto obligadas a vender sus casas, tierras e incluso a sus hijos.
Islami señaló que el número de mendigos en las ciudades aumentó significativamente en Afganistán, y entre ellos hay personas que «tenían una vida normal hace unos meses».
«Si la comunidad internacional no actúa de manera inmediata, la crisis se agravará cada vez más y más personas se verán obligadas a migrar o morirán de hambre», advirtió.
El Gobierno talibán, que todavía no ha pagado los sueldos de unos 500.000 empleados desde su llegada al poder, apenas puede hacer frente a esta crisis humanitaria debido a la suspensión de fondos internacionales, además de la profunda crisis económica que atraviesa el país tras décadas de guerra.
Para tratar de paliar las necesidades más inmediatas, los talibanes anunciaron el domingo el reparto de 66.000 toneladas de trigo a través de un programa de trabajo para los más necesitados. EFE