La cerveza artesanal, otra víctima del cierre del Gobierno en EE.UU.
EFE
En medio del cierre administrativo en Estados Unidos, una cervecería artesanal ha interpuesto una demanda ante la imposibilidad de empezar a distribuir una nueva bebida, ya que la agencia que aprueba las etiquetas no está trabajando.
Y es que lo que en teoría parecía una pugna entre los poderosos partidos republicano y demócrata por el muro propuesto por el presidente estadounidense, Donald Trump, en la práctica, a pocos días de que se cumpla un mes de la parálisis, empieza a convertirse en un quebradero de cabezas para muchos.
Uno de los sectores afectados es el de las cervecerías artesanales debido a clausura de la Oficina de Impuestos y Comercio de Alcohol y Tabaco (conocida en inglés TTB), cuya división de Publicidad, Etiquetado y Formulación se encarga, entre otros, de otorgar los certificados de aprobación de etiqueta para la comercialización de bebidas alcohólicas en los estados del país.
Precisamente la falta de ese visto bueno llevó a Atlas Brew Works, una cervecería artesanal de Washington DC, a presentar el pasado martes una demanda contra el secretario de Justicia con la que buscan que se les autorice la venta en Maryland, Tennessee y Virginia de su cerveza «The Precious One», una IPA (India Pale Ale) de albaricoque que esperan tener en el mercado para la primavera.
Su director ejecutivo, Justin Cox, quien fundó Atlas Brew Works en septiembre de 2013 después de haber sido empleado federal, explicó a Efe que sin la aprobación no pueden vender la cerveza fuera del distrito de Columbia.
La querella alega que con esta situación se está infringiendo el derecho establecido en la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que resguarda, entre otros, el derecho a la libre expresión.
«Nuestras etiquetas son nuestra principal forma de comunicarnos con nuestros consumidores», argumentó Cox, quien detalló que en ellas se incluye información sobre la cerveza y sus ingredientes.
Pero mientras la disputa en el Congreso se prolonga, Atlas Brew Works, que cuenta con 11 empleados a tiempo completo y alrededor de 25 a jornada parcial, tiene una existencia de 40 barriles de «The Precious One» que vencerá en las próximas semanas.
Cox, quien dejó su puesto en la Administración pública impulsado por su espíritu emprendedor y su exitosa incursión en la preparación de recetas de cervezas, insistió en que se trata de un «producto perecedero», con una «vida útil de 120 días».
Así que si no obtienen una pronta respuesta pueden perder los materiales, los costos de producción y no percibirán las utilidades esperadas por la comercialización de esta bebida.
También empiezan a sumarse aspectos como el almacenamiento de este producto, lo cual retrasa en parte la elaboración de otras bebidas para evitar que se llene el espacio de la fábrica, y de nuevas ventas que esperaban atraer, amparados en una nueva marca que mantenga «fresca» en la mente de los consumidores esta cervecería.
Para este empresario, el cierre parcial de la Administración es «extremadamente frustrante» y no solo para su negocio sino también para amigos, familiares y miembros de la comunidad entre quienes, consideró, empiezan a verse los «efectos» de esta situación.
Atlas Brew Works, que además ha puesto en marcha una iniciativa para ofrecer bebidas gratis a los empleados federales gracias a donaciones a través de internet, no es la única de su ramo afectada y ya Prairie Artisan Ales, una cervecería con sede en Oklahoma, alertó sobre su situación en Twitter.
En un mensaje a Trump, avisaron: «Somos una empresa de propiedad estadounidense y queremos distribuir cerveza, pero el cierre incluye la Oficina de Impuestos y Comercio de Alcohol y Tabaco, por lo que actualmente no podemos avanzar».
«Por favor ayuda. La gente quiere cerveza», subrayaron en el mensaje, que remataron con la etiqueta #beer2020, en alusión a las venideras elecciones presidenciales en Estados Unidos.