La canciller colombiana analiza con Ban Ki-moon la marcha del proceso de paz
EFE
La canciller colombiana, María Ángela Holguín, repasó hoy la marcha del proceso de paz en el país con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien alabó su compromiso con las negociaciones.
Holguín, de visita en Nueva York, puso al día al jefe de Naciones Unidas de los últimos detalles de las discusiones con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en un encuentro bilateral.
«Vinimos a conversar con el secretario general de cómo va el proceso, cómo estamos viendo los tiempos», explicó la ministra de Exteriores en declaraciones a los periodistas.
Naciones Unidas está preparando actualmente una misión política que ayudará a supervisar el alto el fuego junto a representantes elegidos por el Gobierno y por las FARC.
La puesta en marcha de la operación, que debe ser decretada por el Consejo de Seguridad, sucederá una vez que las dos partes hayan sellado el acuerdo de paz.
Ban, a través de un comunicado, destacó el «compromiso personal» de Holguín con el proceso de paz y dio la bienvenida a la intención de la canciller de participar en la Cumbre Mundial Humanitaria que la organización celebrará el próximo mayo en Estambul (Turquía).
Holguín permanecerá en Nueva York para tomar parte a partir de mañana en la sesión especial de la Asamblea General de la ONU sobre el problema de las drogas.
La representación colombiana en la cita -impulsada por Colombia, México y Guatemala- estará encabezada por el presidente Juan Manuel Santos, que tiene previsto intervenir el próximo jueves en la sesión plenaria.
Para Holguín, el hecho de haber movilizado al mundo para celebrar esta reunión «ya ha sido un éxito de México, Guatemala y Colombia».
«Las drogas es un tema realmente grave, donde no hemos visto resultados en nada: ni en el consumo, ni en la producción, ni en el tráfico. Creemos que el mundo tiene que hablar un poco más del tema y de cómo avanzar», dijo hoy.
Entre otras cosas, destacó la importancia de que la comunidad internacional reconozca que no puede darse el mismo tratamiento penal a las organizaciones criminales del narcotráfico y a los pequeños consumidores y productores.
También defendió dar más relevancia a la salud en el marco de las políticas contra las drogas y de que tomen más importancia los derechos humanos.
Por último, abogó porque los países «puedan actuar según sus propias realidades y necesidades», con un enfoque flexible de las convenciones internacionales que rigen la política antidroga.