La Bienal convierte a La Habana en la mayor galería de arte del mundo
EFE
La XIII Bienal de La Habana, el mayor evento de las artes visuales en Cuba, comenzó oficialmente este viernes en la capital cubana, transformada por un mes en la mayor galería de arte del mundo, donde fachadas, parques y edificios serán «intervenidos» por más de 300 artistas de 52 países.
Un día después de la inauguración del programa colateral, el calendario oficial inició hoy viernes con varias exhibiciones en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, en el corazón de La Habana Vieja, que festeja así por adelantado sus 500 años.
La antigua casona colonial fue tomada por las obras de una decena de creadores de países tan distantes entre sí como Chile, Egipto y Haití.
En las muestras resaltan los coloridos tapices del maliense Abdoulayé Konaté -que recibirá el título de Doctor Honoris Causa en la Universidad de las Artes (ISA) de Cuba, su alma mater-, los videoarte de la peruana Maya Watanabe, las telas blancas de la cubana Tamara Campo y el tejido de Alexia Miranda, de El Salvador.
Miranda colgó sus «medusas» en el patio interior del Centro Lam, utilizado como espacio de interacción para todo el que quiera tejer los «tentáculos» hechos con gasa médica, escogida por la artista en alegoría a los «altos niveles de violencia que sufre El Salvador».
«Utilizo la gasa como metáfora porque es lo que usas para los raspones, los golpes. Veo el tejido como un espacio de sanación, de encuentro. Me interesa la interacción, el intercambio de energía que se da entre la personas en ese momento en que solo vives el presente», señaló a Efe.
La salvadoreña trabajó en la instalación con universitarios habaneros, ancianos, colaboradores del Centro Lam y turistas, como la andaluza Amparo, quien caminando por el Centro Histórico habanero descubrió el proyecto y se unió para tejer «como lo haría con su grupo de amigas» en su natal Granada.
Ignacio, otro visitante español, se maravilló de que «cuánto y cuán rápido ha cambiado la ciudad», que desde este viernes luce esculturas y grafittis a lo largo del emblemático Malecón, y en varios parques de la zona residencial de Vedado.
Muy cerca del Centro Lam, la galería Factoría Habana también inauguró la exhibición «Intersecciones», una de las propuestas más interesantes de esta edición de La Bienal por lo diverso de los artistas reunidos y el diálogo entre sus obras, propiciado por la comisaria Concha Fontenla.
Esta muestra es la tercera del proyecto «In itínere», aún en progreso, que concluirá con «Conexiones», la cuarta y última exposición, aclaró a EFE Fontenla, gallega asentada en la isla, donde es considerada una autoridad en el arte contemporáneo cubano y recibió en 2017 el prestigioso Premio Nacional de Curadoría de Cuba.
Dividida en tres espacios que coinciden con los tres pisos de Factoría Habana, «Intersecciones» está compuesta en su «base» por obras de artistas cubanos muy cotizados fuera de la isla como Alexandre Arrechea, Marco Castillo, Carlos Garaicoa, Dagoberto Rodríguez, José A. Toirac y Rafael Villares.
A través de técnicas y poéticas muy diferentes, las piezas provocan al espectador y lo inducen a reflexionar sobre Cuba, «el país deseado», una noción con la que juega la instalación del mismo nombre, donde la isla se construye con las figuras de yeso en forma de santos, frutas y animales que solían decorar cada hogar cubano.
«Intersecciones» incluye otros dos niveles en los que se propone una conexión entre la arquitectura, el diseño y la tecnología, y se muestra el trabajo de dos artistas de Sudáfrica y Nigeria, en un tributo a África como el origen de gran parte de la «espiritualidad» de la identidad cubana.
«La muestra es una metáfora de cómo aún siendo muy diferentes, tenemos puntos de encuentro. Lo que proponemos, en este momento tan complejo, es que pensemos en lo que nos une, no en lo que nos separa», insistió Fontenla.
Adelantó que la exhibición continuará más allá de la Bienal – que concluirá el próximo 12 de mayo- hasta el final del verano, durante el que formará parte del proyecto «Rutas y Andares», de la Oficina del Historiador de La Habana, y recibirá a familias interesadas en el arte.
Convocada por el Consejo Nacional de las Artes Plásticas y el Centro Lam, ambos con financiación estatal, la XIII Bienal de La Habana regresa después de cuatro años, tras ser pospuesta en 2018 por los serios daños económicos causados por el huracán Irma a fines de 2017.
Su celebración podría significar un considerable aumento en la llegada de turistas a la ciudad, donde es vista como una bocanada de aire fresco en un momento en el que los pronósticos económicos cada vez son más grises y la escasez complica aún más el difícil día a día.