La antigua ciudad de Tusculum busca su esplendor tras siglos de olvido - 800Noticias
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EFE

Fue una ciudad de esplendor durante la República romana y la época medieval, pero la antigua Tusculum, ahora un pequeño yacimiento arqueológico a las puertas de Roma, ha estado en el olvido durante muchos siglos a lo largo de su historia.

Hace casi 25 años que la Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma (EEHAR), una institución dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), excava la zona para sacar de nuevo a la luz la ciudad de Tusculum, de la que hoy se conservan algunos edificios monumentales.

«Desde que empezamos hemos excavado toda el área monumental del foro y del teatro y hace 3 años encontramos las termas, que estamos descubriendo paso a paso y a las que dedicaremos toda la campaña de excavación del año que viene», destacó Valeria Boelchini, responsable del proyecto Tusculum, tras la firma del acuerdo que permitirá a la EEHAR seguir colaborando cuatro años más con el yacimiento.

Tusculum nació en el siglo X a.C. y pronto empezó a crecer por el cráter externo del volcán Albano, donde hoy se encuentran las ruinas que se conservan de ella, como el icónico antiguo teatro, símbolo de la ciudad, que en el pasado tenía una capacidad de hasta 2.000 espectadores.

Emperadores romanos como Tiberio o Nerón y eruditos como Cicerón construyeron en la localidad sus villas de veraneo, al tiempo que se levantaron monumentos como el teatro o las termas.

Fue también una gran capital con poder en la época medieval, bajo el condado de los Tusculum, una familia a la que pertenecieron muchos de los papas de Roma del siglo XI y que invirtió mucho dinero en construir edificios monumentales, como la iglesia que en parte se conserva en el yacimiento.

Pero la ciudad estaba a punto de sufrir su primer gran olvido. La rivalidad con Roma era histórica y Tusculum empezó a sufrir ataques que terminaron con su total desaparición el 17 de abril de 1191.

Solo siguió viva para eruditos como Petrarca, que se resistían a olvidarla a pesar de que nadie sabía donde se encontraban los restos de la ciudad que disputó el poder de Roma. La respuesta llegó en 1806 cuando Luciano Bonaparte, uno de los hermanos de Napoléon, se compró una casa cerca de la localidad de Frascati y encontró por pura casualidad restos del antiguo teatro de Tusculum.

Hizo excavaciones por todo el territorio y vendió después la zona a la monarquía de los Saboya, que siguió con las exploraciones. Así empezó un renacer que duraría poco, porque en 1846 se pararon todas las investigaciones.

Más de un siglo de olvido hasta que en 1984 la agrupación de municipios Comunidad Montana compró el yacimiento y empezaron de nuevo las excavaciones con la EEHAR, cuyos resultados se han ido mostrando al público de forma paulatina desde entonces.

El Parque Arqueológico de Tusculum reabre de nuevo este fin de semana, tras casi un año cerrado por labores de restauración -en las que la Comunidad Montana ha invertido 1.200.000 euros-, que han permitido, entre otros, diseñar un recorrido de visita, terminar algunas excavaciones y valorizar algunos de los monumentos.

El itinerario discurre hoy por lo que era entonces el centro de la ciudad, el foro, donde se pueden ver los restos de una basílica, de una fuente o del templo de Mercurio, uno de los edificios sometidos a restauración durante este tiempo.

«La Comunidad Montana lo ha restaurado y ha instalado una estructura de metal que permite ver en 3D cómo era exactamente», señaló Boelchini.

Al antiguo teatro se accede a través de una calle empedrada que se construyó ad hoc para que pudiera circular la carroza del papa Gregorio XVI, que hizo una visita al parque durante su pontificado, entre 1831 y 1846.

Desde el siglo XIX se la conoce como «la Pompeya a las puertas de Roma», no por su extensión, que no es comparable, sino porque fue una ciudad en la que «todo se paró por completo».

«Todo estaba cristalizado. Hay una interrupción muy clara de la vida en el siglo XII, cuando fue atacada por Roma, lo que nos permite decir que, como en Pompeya, la vida se paró por completo», aseguró la arqueóloga.

El objetivo del proyecto liderado por la EEHAR es seguir con las excavaciones para «descubrir la ciudad entera» y utilizar nuevas tecnologías que permitan conocer la vida cotidiana de los habitantes de Tusculum para sacar del olvido a la ciudad que disputó el poder de Roma.

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