La AIE revisa al alza sus previsiones sobre la demanda de petróleo
EFE
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha revisado al alza sus previsiones sobre la demanda global de petróleo para este año a la vista del tirón del consumo en China, que se ha recuperado mucho más rápido de lo que se esperaba y alcanza ya niveles récord.
En su informe mensual sobre el mercado del petróleo publicado este martes la AIE calcula que la demanda mundial aumentará en 2,2 millones de barriles diarios en 2023, lo que significa 200.000 barriles más de lo que había anticipado en abril.
El consumo medio de crudo este año será de 102 millones de barriles diarios, un pico histórico que si se cumple estaría 1,3 millones por encima del máximo alcanzado en 2019, antes del estallido de la crisis del coronavirus.
La razón de esta fuerte subida hay que buscarla en China, que por sí sola supondrá el 60 % del incremento de la demanda global y que ilustra la escalada de la actividad en el gigante asiático tras el fin de las restricciones por la covid a comienzos de año.
En marzo, China absorbió 16 millones de barriles diarios, una cifra nunca alcanzada hasta ahora. En el conjunto de 2023, la subida será de 1,3 millones de barriles diarios si se compara con 2022.
En contraste, los países desarrollados miembros de la OCDE han reducido su consumo en el primer trimestre y sólo se espera una tímida recuperación a partir del segundo. Al final del año, su aportación al crecimiento mundial se limitará al 15 %.
Rusia aumenta más sus exportaciones
Por el lado de la oferta, lo más relevante en el informe de la AIE es que pese a las sanciones occidentales contra Moscú, las exportaciones de petróleo ruso aumentaron en abril en 50.000 barriles diarios para llegar a 8,3 millones, lo que supone el nivel más alto desde el comienzo de la invasión de Ucrania a finales de febrero de 2022.
Sus autores calculan que Rusia ha conseguido con esas exportaciones 15.000 millones de dólares, 1.700 millones más que en marzo.
India y China compraron el 80 % del crudo ruso, mientras que la Unión Europea -que era el principal comprador antes de la guerra- se quedó con 600.000 barriles diarios, es decir, apenas un 7 %, y llegaron esencialmente a través de los oleoductos que conectan con Hungría y Eslovaquia y por barco a Bulgaria.
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Para la agencia, que reúne a buena parte de los países de la OCDE, Rusia no está cumpliendo su anuncio de recortar su producción en 500.000 barriles diarios, sino que está favoreciendo el alza de volúmenes para compensar las pérdidas de ingresos.
Porque si se comparan con los de hace un año, esos ingresos en abril disminuyeron un 27 % y los impuestos que el Estado recauda por el petróleo y el gas se hundieron un 64 % en términos interanuales.
Más allá del caso ruso, la oferta global de petróleo se redujo en 230.000 barriles diarios en abril a 101,1 millones a causa sobre todo del recorte de las exportaciones de Irak (por el corte del oleoducto entre la región del Kurdistán y Turquía), por el impacto de los incendios en Canadá, las protestas laborales en Nigeria y los trabajos de mantenimiento en Brasil.
EEUU y Brasil, vectores del crecimiento de la oferta
Para el conjunto del año, la AIE espera que la producción mundial aumentará en 1,2 millones de barriles diarios, de la mano esencialmente de Estados Unidos y Brasil.
Hay que tener en cuenta que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus socios (en particular Rusia) han previsto recortar su aportación en 850.000 barriles diarios entre abril y diciembre.
Eso podría volver a poner presión en el mercado, como ocurrió a mediados de abril, cuando los anuncios de recorte del bloque OPEP+ condujo a un aumento del precio del barril de petróleo en una decena de dólares.
Un encarecimiento que luego fue más que compensado por el ambiente de pesimismo sobre la economía global, exacerbado por las subidas de tipos de interés.
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