La abogada de Orlandi alega secreto profesional al ser convocada en Vaticano
EFE
La abogada de Pietro Orlandi, hermano de la joven vaticana cuya desaparición a los 15 años en 1983 sigue envuelta en el misterio, alegó el secreto profesional al ser convocada por el promotor (fiscal) del Vaticano, Alessandro Diddi, que reabrió la investigación a finales del año pasado.
Diddi recibió «a la abogada Laura Sgrò, como ésta había solicitado reiterada y públicamente, en el marco del expediente abierto sobre la desaparición de Emanuela Orlandi», informó este sábado el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni.
«También para que pudiera proporcionar aquellos elementos, relativos a la procedencia de algunas informaciones en su poder, esperados después de las declaraciones proporcionadas por Pietro Orlandi. La abogada Sgrò alegó el secreto profesional», añadió escuetamente Bruni.
Diddi escuchó el pasado martes durante ocho horas el testimonio de Pietro Orlandi, que desde siempre se bate por conocer el paradero o el destino de su hermana pequeña y que entregó asimismo numerosa documentación.
La abogada de la familia Orlandi explicó hoy a los periodistas, tras su breve visita al Vaticano, que su petición para reunirse con Diddi se remontaba a «enero, inmediatamente después de la noticia de la apertura de la investigación».
Y «estaba claramente dirigida a un encuentro entre el Promotor y Pietro, ciertamente no a mi disposición a testificar, ya que estaba obligada por el secreto profesional. Aclaré el malentendido y dejé constancia de ello», explicó Sgrò, que añadió: «Mi correo electrónico está fechado el 11 de enero. No tiene nada que ver con querer precisar elementos aportados por Pietro».
Tras su larga declaración del pasado martes ante Diddi, Orlandi acudió a un programa de televisión en el que, entre cosas, dijo que el papa Juan Pablo II solía abandonar el Vaticano de noche con algunos obispos para buscar jóvenes en Roma, lo que fue tachado por el diario oficial del Vaticano «L’Osservatore Romano» de «locura» y de «masacre mediática» sin pruebas.
La polémica tiene que ver con uno de los grandes misterios de la historia italiana: la desaparición en el centro de Roma en junio de 1983 de Emauela Orlandi, una joven ciudadana vaticana, pues su padre era un empleado de la Santa Sede y vivía dentro de los muros vaticanos.
El suceso, que ha vuelto a acaparar la atención tras el estreno del documental de Netflix «Vatican Girl», fue relacionado en varias investigaciones periodísticas con el atentado contra Juan Pablo II en 1981 en la plaza de San Pedro a manos del terrorista Ali Agca.
Otras teorías es que pudo ser víctima de una red de pederastas o de la Banda della Magliana, la mafia de Roma de la década de los años 70 y 80, que habría actuado por orden del fallecido arzobispo estadounidense Paul Marcinkus, entonces director del IOR, el banco vaticano.
Pero ninguna de las investigaciones arrojó resultados y ahora la Santa Sede, que incluso rastreó las tumbas de unas princesas en busca de sus restos, ha decidido reabrir las pesquisas como pedía Pietro Orlandi.
«Todas mis declaraciones han sido registradas. He mencionado los nombres de las personas que, en mi opinión, deberían ser interrogadas, incluidos altos prelados y otras personalidades. Hace tres años que pido ser escuchado y ahora después de mis declaraciones debe haber respuestas», añadió tras pasar ocho horas declarando ante el fiscal vaticano.
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