Kodokushi, la solitaria muerte de los japoneses
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El término «kodokushi» no se refiere a un ritual ancestral japonés ni a códigos de honor. Más bien, describe un fenómeno creciente en la sociedad japonesa que aborda un tema delicado: la muerte en soledad.
Este fenómeno comenzó a notarse en la década de 1980, cuando personas mayores de 65 años empezaron a fallecer solas, sin la compañía de familiares o amigos que pudieran ayudarles o lamentar su ausencia. Taichi Yoshida, propietario de una empresa de mudanzas en Osaka, fue uno de los primeros en advertirlo al encontrar extrañas manchas en apartamentos que había vaciado. Estas marcas eran el rastro de cadáveres en descomposición, evidenciando el fenómeno del kodokushi.
Desde los años 90, Japón ha enfrentado una crisis económica que ha impactado a la población de maneras diversas. La cultura corporativa profundamente arraigada ha generado una generación de personas solitarias, con hombres de negocios dedicados al trabajo que no tienen tiempo para formar familias. A esto se suma que, en la década de 1980, el 60% de los niños vivían separados de sus padres, cifra que aumentó al 82% en 2005, lo que ha resultado en la pérdida de vínculos emocionales. El kodokushi es un reflejo de estos cambios sociales.
El abandono de los hábitos rurales, que permitían a los ancianos envejecer con dignidad en el entorno familiar, ha llevado a la creación de espacios más pequeños y menos adecuados para las personas mayores. Con una población anciana en aumento, Japón enfrenta un panorama en el que hay más mascotas que niños. Además, muchas mujeres evitan la maternidad por temor a perder sus empleos, lo que ha contribuido a la creciente población de ancianos, de los cuales se estima que uno de cada cinco tiene más de 65 años, y se prevé que esta cifra sea de uno de cada tres para 2030.
A pesar de que existe un Día de Respeto a los Ancianos, las condiciones de vida de muchos ancianos no son las mejores, lo que aumenta la probabilidad de que mueran solos. Para abordar esta alarmante realidad, algunos gobiernos locales han lanzado campañas de sensibilización sobre el kodokushi, reclutando voluntarios para visitar regularmente a los ancianos y asegurarse de que estén bien.
Estas campañas buscan involucrar a los ancianos en actividades sociales para mantener el contacto con la comunidad. El distrito Shinjuku de Tokio ha implementado un modelo exitoso al atraer a personas mayores a eventos sociales y supervisar su bienestar. Además, una ley de 2001 exige que las compañías de servicios básicos informen a las oficinas locales si hay clientes mayores que han dejado de pagar.
El tema de la muerte sigue siendo un tabú en Japón, lo que contribuye al aislamiento social de los ancianos. Es esencial recordar que todas las etapas de la vida, desde la infancia hasta la vejez, merecen dignidad y amor. El kodokushi no debería ser una realidad en Japón ni en ningún otro país.
Con información de Super Curioso
Foto referencial
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