Kate Mosse:Hablo de gente que no está en los libros pero ha hecho la Historia
EFE
En 2005, la escritora inglesa Kate Mosse atrapó a millones de lectores de todo el mundo con «Laberinto». Catorce años después, inicia una nueva saga con «La ciudad del fuego», un viaje a la Francia de 1562, cuando empiezan a tomar forma las guerras de religión entre católicos y hugonotes.
En la ciudad medieval de Carcasona (sureste), este martes, justo cuando Planeta lanza «La ciudad del fuego», la autora de Chichester habló con Efe de su nuevo proyecto literario, una tetralogía que recorrerá tres siglos de historia, en la que amor, traiciones, secretos de familia y guerras de religión tienen un gran protagonismo.
Fundadora del premio Women’s Prize for Fiction, que galardona la mejor obra escrita por una mujer en Reino Unido, Mosse crea vigorosos personajes femeninos que son «reflejo de mujeres reales que podrían haber estado en los sitios» que describe y habla de gente que «no está en los libros, pero ha hecho la Historia».
Novelista que pasa la mitad del año en su casa de Carcasona y la otra mitad en West Sussex, se levanta a las cuatro y media de la mañana para ficcionar sobre «mujeres, tierra y paisajes, con Carcasona, el Languedoc y sus castillos, como el de Puivert, de trasfondo».
«No soy historiadora -proclama- sino una cuenta cuentos que sabe que la Historia la han escrito, tanto los ganadores, como los que quieren explicar alguna cosa y, por tanto, la mayoría de nosotros no aparecemos en los libros, pero hemos estado allí».
Esta nueva tetralogía, como ya ocurría con su celebrada Trilogía del Languedoc, que incluye «Laberinto», «Sepulcro» y «Citadel», vuelve a transcurrir en Carcasona y, especialmente, en Tolosa en el siglo XVI con Minou Joubert, una joven luchadora que ayuda a su padre en una librería de la ciudad vieja, que se enamorará de Piet, líder de los hugonotes (calvinistas franceses).
Cécile Noubel, propietaria de una posada junto a la librería de los Joubert; el ambicioso y oscuro clérigo Vidal; o los influyentes miembros de la familia de Monsieur Boussay, cuya esposa es la tía de Minou, son otros de los personajes de la serie en la que, más adelante, aparecerá Sudáfrica o el París de la matanza de San Bartolomé la noche del 23 al 24 de agosto de 1572.
Precisamente, Mosse -a la que no hay que confundir con la modelo de nombre parecido- comentó que el chispazo que provocó que se volviera a sentar ante el ordenador de madrugada fue un viaje a Sudáfrica, cerca de Ciudad del Cabo, donde comprobó ante las tumbas de un viejo cementerio hugonote que allí estaban enterradas generaciones de descendientes franceses, algunos de ellos vinateros.
Aficionada al teatro desde siempre y vicepresidenta del National Theatre de Londres, confiesa que a la hora de preparar sus libros divide sus investigaciones entre «cerebro y zapatos», es decir, dedica horas a documentarse en bibliotecas, archivos o galerías de arte, y también a pisar las calles que sus personajes patearán posteriormente.
Cuando está inmersa en la escritura dice que puede estar nueve horas al día, siete días a la semana con sus historias. «Delante es como si tuviera un escenario en el que todo está vacío y entre bambalinas están los personajes, que espero que se muevan, porque sé más o menos como serán, pero la hoja está en blanco».
Defiende que la ficción histórica es importante «porque ayuda al lector a ponerse en la piel de otras personas» -no olvida que en esta tetralogía aparecerán refugiados con vidas parecidas a los que hoy copan las páginas de los periódicos procedentes de Siria o de países africanos- y que no quiere que el lector pare de leer así que inicia el primer capítulo.
«Quiero que lo que relato le llegue al corazón, que no sea la cabeza la que piense, lo que comporta que la primera que deba entusiasmarse sea yo», apuntó.
Kate Mosse aseveró, además, que las novelas «pueden cambiar la mente de la gente mucho más que las noticias o los libros de no ficción».
Sobre su historia de amor con Carcasona, rememora que la primera vez que paseó por las calles de la Cité fue hace tres décadas porque su suegra «conocía a alguien que conocía a alguien que conocía a alguien que vivía en la ciudad» y se «enamoró al momento» del lugar, en el que «todo lo que es pasado está muy vivo».
La editora de Planeta Míriam Vall avanzó que el año que viene se publicará la segunda parte de «La ciudad del fuego», que llevará el título de «La ciudad de las lágrimas».