Julius: Entender la cadena del dolor dará mejores fármacos - 800Noticias
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EFE

El bioquímico estadounidense David Julius, premio Nobel de Medicina 2021, dijo este jueves que entender el mecanismo de cada dolor y el comportamiento de las moléculas en la cadena de reacciones entre el origen del daño y el cerebro va a permitir diseñar mejores tratamientos farmacológicos.

En una conferencia en Barcelona (noreste de España), Julius -galardonado con el Nobel junto con Ardem Patapoutian por sus descubrimientos en la identificación del mecanismo celular del cuerpo en la reacción al dolor, calor o tacto- destacó que el dolor es uno de los elementos más «capitales para la supervivencia» porque «protege al ser humano de daño, de un peligro o de un desorden en el cuerpo», como puede ser una enfermedad.

Pero, a la vez, es un elemento que se puede cronificar y generar invalidez u otras consecuencias dañinas para la salud, en función de cada caso.

La cuestión, indicó el bioquímico, es que cada dolor es diferente, pues no tiene nada que ver el de una migraña y el de un lumbago y en cada uno de ellos se da una cadena de sucesos químicos, desde el origen del daño -una lesión, una inflamación, una quemadura o un corte en la piel- hasta el cerebro.

Por eso, «si podemos entender el mecanismo de cada uno de estos dolores, podemos ser más efectivos en el diseño de tratamientos de los crónicos», opinó Julius (Nueva York,1955).

Para ello, es esencial identificar las moléculas que actúan en el proceso, para que los productos analgésicos «actúen de forma selectiva en estos objetivos identificados en el circuito del dolor», añadió.

A finales de los años 90, este investigador de la Universidad de California en San Francisco (Estados Unidos) vio la posibilidad de realizar grandes avances al analizar cómo el compuesto químico capsaicina provoca la sensación de ardor que se siente al entrar en contacto con los pimientos picantes.

En ese momento ya se sabía que dicho compuesto activaba las células nerviosas que provocan la sensación de dolor, pero la forma en que esta sustancia química ejercía realmente esta función era un enigma sin resolver.

Julius y su equipo crearon una biblioteca de millones de fragmentos de ADN correspondientes a los genes que se expresan en las neuronas sensoriales que reaccionan al dolor, calor y tacto e identificaron un único gen capaz de hacer que las células fueran sensibles al compuesto de capsaicina.

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