Juez del Supremo brasileño subraya la «derrota política» que se impone a Lula
EFE
El juez Gilmar Mendes, de la Corte Suprema de Brasil, subrayó que el rechazo del «habeas corpus» al exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva es, además de una derrota jurídica, una fracaso político, puesto que le impedirá ser candidato a la Presidencia.
«En principio él es ya inelegible, con base en la ley de ‘ficha limpia’, relativa a los candidatos condenados criminalmente en segunda instancia por delitos contra la administración pública. A menos que obtenga una suspensión», comentó el magistrado en una entrevista publicada hoy por el semanario portugués Expresso.
Mendes, que ha visitado esta semana la capital lusa para participar en un foro sobre derecho organizado por la Universidad de Lisboa, fue uno de los jueces que votó a favor del «habeas corpus» a Lula, que intentaba aplazar el encarcelamiento del expresidente y que finalmente fue rechazado.
«Es con seguridad una derrota jurídica y política», afirma el magistrado en su entrevista, en la se muestra preocupado ante la situación política de Brasil tras destaparse la operación Lava Jato, referida a la red de corrupción que operó en la estatal Petrobras, y por la que Lula ha sido condenado a doce años de prisión.
«La crisis generó en la población un sentimiento de descrédito, de búsqueda de lo ‘nuevo’, que nadie sabe lo que es después de este movimiento sísmico. Esto en un cuadro electoral es como si el diablo nos hubiese preparado un cóctel», apuntó.
Preguntado sobre el polémico mensaje del general Eduardo Villas Boas, quien declaró su «repudio a la impunidad» en vísperas del juicio que decidió la suerte de Lula, algo que algunos congresistas interpretaron como una presión sobre la Corte Suprema y otros como una amenaza de golpe de Estado, Mendes se mostró tranquilo.
«Tengo la impresión de que su manifestación tiene que ver con todo lo que está ocurriendo en el ambiente político nacional (…) No creo que se medite sobre una intervención (militar), pero sus declaraciones no fueron afortunadas», aseveró.
Lula tenía hasta las 20.00 GMT del viernes para entregarse voluntariamente a la Justicia y comenzar a cumplir la condena de 12 años que arrastra por corrupción y lavado de dinero, pero en su lugar ha permanecido en el sindicato metalúrgico donde forjó su carrera, en las afueras de Sao Paulo.